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Unidad Siglo XXI. Foto: Agencia Andes |
A partir de 2016 se empezaron a construir las Unidades Educativas Siglo XXI, escuelas prefabricadas, a cargo de la empresa China
Railway, instalada en la provincia de Manabí. "Vimos que nos vamos a demorar muchísimo para completar la
infraestructra docente requerida", explicó Correa. El contrato previó construir 200 Unidades Siglo XXI, con una capacidad para 1.140
estudiantes. La vida útil de estas escuelas, se dijo, sería de 30 años. Se reiteró que "tendrán la misma calidad que las Unidades Educativas
del Milenio" y que "el costo de cada escuela será de menos de 1 millón de
dólares, comparado con los 5 millones que cuestan las UEM". (El gobierno ecuatoriano ahora construirá Escuelas del Siglo XXI, El Comercio, 24 sep. 2016).
Mediante una adjudicación de régimen especial se contrató a la empresa China Railway para construir 200 “Escuelas Siglo XXI” por 197 millones de dólares. Éstas servirían como infraestructuras provisionales hasta levantar las de concreto. Cada escuela prefabricada costaría menos de un millón. La idea parecía revolucionaria, pero terminó mal.
“Escuelas Siglo XXI construida en Santo Domingo que no puede ser abierta por el fracaso del contrato.
En julio de 2017, cuando debían estregarse las 200 escuelas prefabricadas, el Ministerio de Educación anunció la terminación unilateral de este contrato por varios incumplimientos.
Costos
Las
primeras UEM costaron entre 1
y 3 millones de dólares. Luego pasaron a convertirse en megaplanteles a
un costo de 5 millones de dólares y más. El gobierno invirtió más de
300 millones en las 70 UEM construidas entre 2008 y 2016.
Los costos reales fueron en muchos casos superiores a los estimados inicialmente. Más de 116 millones de dólares se pagaron en
contratos complementarios en las Escuelas del Milenio y otros cinco
millones están en litigio por adjudicaciones irregulares. Lo que ahora
podría llamarse sobreprecios estaba cubierto por un manto de legalidad,
diseñado a la medida para incrementar el precio de los contratos.
Vistazo muestra el verdadero costo del emblemático proyecto educativo de
la Revolución Ciudadana: de 127 obras educativas, 79 por ciento costó
más de lo inicialmente presupuestado. Una permisiva ley y mala
planificación dejan una estela de duda en la contratación pública.
El Decreto Ejecutivo 224 dio vía libre para la contratación de estas infraestructuras. De las 127 UEM terminadas y establecimientos repotenciados, el 79 por ciento, es decir 100 obras tuvieron incrementos de precios en relación a su costo inicial. Para llegar a esta conclusión, Vistazo levantó una base de datos que trae sorpresas de la contratación pública en la década anterior (ver infografía). El presupuesto inicial por todas estas obras sumó 412 millones de dólares y las empresas contratistas facturaron 528 millones, es decir 116 millones adicionales.
El argumento: los estudios arquitectónicos estaban mal diseñados y sobre la marcha se requerían obras adicionales. Con todo ese dinero se habrían construido al menos otras 30 o 40 escuelas de este tipo.
De estos contratos complementarios, un tercio superó el 50 por ciento del valor inicial. Es el caso de la UEM a la que asiste Édgar. La obra arrancó en 3,5 millones de dólares y culminó en 5,5 millones. Un incremento de 56 por ciento o, en otros términos, dos millones adicionales. Pero hay infraestructuras que hasta duplicaron y casi triplicaron su precio, como son los casos de la UEM Rafael Rodríguez Palacios, en Lago Agrio, y la UEM San Gabriel Piquiucho, en Carchi. ¿Cómo y por qué ocurrió esto? ¿Fue legal?
Para elaborar este reportaje Vistazo visitó algunas escuelas y, con apoyo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, hizo requerimientos de acceso a la información pública al Ministerio de Educación, Secob, Ecuador Estratégico (EEEP), Petroamazonas, Miduvi y Yachay, entidades que estuvieron a cargo de la contratación de las obras.
“He revisado el laboratorio de Ciencias Naturales y cada chico está con un microscopio. Eso no ocurre en Europa ni en Estados Unidos. Puede ser un problema que compramos demasiados microscopios, pero para qué comparar…” Decía el entonces presidente Rafael Correa al inaugurar la UEM de Cuyabeno, en octubre de 2013,
La Asamblea Constituyente de plenos poderes de 2008, aprobó una ley de contratación pública que se convirtió en un cheque en blanco para los contratos complementarios, pues permitía aumentos de hasta el 70 por ciento. Es decir, los costos adicionales en la UEM de Cuyabeno estaban bajo los parámetros. Ese era el manto de legalidad para lo que ahora se podrían llamar sobreprecios.
Parece haber sido una ley hecha a medida de un gobierno. “Hay que llamar las cosas como son. La excusa de los estudios mal hechos y una permisiva ley fueron una puerta abierta a los sobreprecios y la corrupción”, opina Marcelo Espinel, director de Fundación Ciudadanía y Desarrollo.
El abuso de esta figura durante nueve años motivó una reforma en marzo de 2017, cuando Correa estaba a punto de dejar el poder. Ésta limitó el techo de los contratos complementarios al 15 por ciento y, hasta un 35 por ciento, con aprobación de la Contraloría General del Estado.
La reforma pretende mejorar la eficiencia y controlar el gasto, además de ajustarse a parámetros internacionales. En Argentina y en España, por ejemplo, se permiten contratos complementarios del 20 por ciento, y en México del 30. En Ecuador, antes del 2008, el techo era de 50 por ciento.
Pero esta reforma llegó tarde. Si se habrían tomado las precauciones hace cinco años atrás, los dos millones de dólares adicionales que costó la UEM a la que asiste Édgar, habrían servido para construir otra escuela en su comunidad y él no tendría que viajar cuatro horas diarias por el río Aguarico.
Si analizáramos las UEM con la norma actual, al menos 76 obras del emblemático proyecto educativo habrían requerido aprobación de la Contraloría para firmar contratos complementarios. Antes solo necesitaban el aval de la fiscalizadora y la aprobación presupuestaria. No había mayor control.
De estos, 49 procesos habrían sido ilegales por superar el 35 por ciento de incrementos que permite la norma actual. También hay once obras que superaron el techo del 70 por ciento, pero hallaron mecanismos en la ley para no vulnerarla y se justificaron en la deficiencia de los estudios.
“Era como si el Estado dijera: tranquilo, no te preocupes mucho por los estudios, porque si falta algo, luego le ponemos en los contratos complementarios”, ironiza Juan Francisco Díaz, profesor de la Maestría de Derecho Administrativo y Contratación Pública, de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB). “Este tipo de contratos que deben ser una excepcionalidad, acá se volvieron la regla”.
Hay otras 37 UEM en construcción que suman presupuestos iniciales por 163 millones de dólares pero aún no se sabe en cuánto terminarán. Algunas ya firmaron contratos complementarios.
Aunque el techo del 70 por ciento ya era permisivo, algunos contratos se ampararon en otras estratagemas legales para subir los valores. Uno de ellos se denomina “convenios de pago” y permite firmar rubros adicionales sin límite por concepto de obras que no estuvieron planificadas, pero son necesarias.
Eso sucedió en la Unidad Educativa del Milenio Malimpia, en Quinindé, provincia de Esmeraldas. La obra se firmó por 2,5 millones de dólares con el contratista Francisco Rivadeneira Crespo, pero durante la construcción se encontraron falencias en los estudios, que motivaron la ejecución de nuevos rubros a través de un convenio que incremento en valor en un 87 por ciento.
“Tuvimos que hacer nuevos cimientos y otras obras, lo que significó trabajos no contemplados en los estudios por 2,2 millones de dólares. Todo estuvo en el marco de la ley, con la aprobación de la fiscalizadora y las autoridades”, explica Rivadeneira Crespo a Vistazo.
Varios procesos utilizan esta figura. En la UEM Salinas de Guaranda también se firmó un convenio de pago por 1,1 millones de dólares, que se sumaron a 800 mil dólares en contratos complementarios.
Otro mecanismo es el “reajuste de contrato”. La empresa guayaquileña Adokasa, por ejemplo, encargada de la intervención educativa para UEM en Puerto Francisco de Orellana firmó un contrato por 5,8 millones de dólares, que terminó en 10,1 millones. Es decir, un incremento del 73 por ciento.
No obstante, la empresa pidió un reajuste que subió el contrato principal a 6 millones y, de esa manera, los complementarios solo sumaron un 68 por ciento, según consta en el acta de entrega recepción de la obra.
Pero existen procesos que no tienen justificación. La construcción del Colegio Réplica Manta, por ejemplo, tuvo un incremento del 82 por ciento, sobrepasando el límite permitido, según el documento de liquidación con fecha 14 de diciembre de 2014.
Al ser consultado por este contrato el director de Servicio de Contratación de Obras, Johe Jaramillo, dijo no estar al tanto del proceso ya que se liquidó en administraciones anteriores (2014). Sin embargo, recalcó que desde el año anterior se pidió a Contraloría hacer exámenes en todos los procesos que tienen indicios de irregularidades, según dijo a Vistazo.
Otro hallazgo en la contratación de las UEM es que los incrementos más grandes se encuentran en las obras que fueron financiadas con recursos fiscales y canje de deuda.
Por otro lado, las escuelas levantadas con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento (CAF) tuvieron incrementos que alcanzaron máximo el 28 por ciento. Estos procesos de contratación son supervisados por los organismos multilaterales, lo que pudo cerrar las puertas a la permisividad con los incrementos.
Cuando el entonces presidente Rafael Correa inauguró la UEM de Cuyabeno dijo que había 400 estudiantes. Pero en realidad eran 340. Ahora son 209. “Algunos estudiantes fueron inscritos solo para ese año lectivo y luego volvieron a sus escuelas y colegios”, comenta Hiralda Chávez, rectora de la institución.
A nivel nacional se construyeron dos tipos de UEM: las “menores” con capacidad para 570 estudiantes y las “mayores” para 1.140. Y tienen la capacidad de duplicar la oferta cuando se usa la infraestructura en las dos jornadas (mañana y tarde).
Ahora la situación se agrava en Cuyabeno con el cambio de política educativa del nuevo gobierno: reabrir las escuelas comunitarias, según lo anunció el ministro Milton Luna, quien en época correísta se opuso a las UEM. Con esto el pequeño Édgar piensa que sería mejor cambiarse a la escuela de su comunidad para evitar la travesía diaria en canoa.
La UEM Chone en Pigua Quindigua, Pujilí, Cotopaxi
En medio del páramo de Cotopaxi sucede algo similar. Se construyó la UEM Pigua Quindigua para 570 estudiantes. Sin embargo, según datos del Ministerio de Educación, actualmente solo hay 135. Personas cercanas a la comunidad como Cecilio Quishpe incluso hablan de la asistencia de menos de 100 niños. Durante su construcción ya se alertaba de una subutilización de la infraestructura, pero las autoridades de ese entonces hicieron caso omiso.
Elefantes blancos
A fines de octubre 2016, Lenin Moreno, exVicepresidente de Correa (2007-2012) y candidato oficialista a
la presidencia en las elecciones de febrero-abril 2017, llamó
"elefantes blancos" a las Unidades del Milenio. Lo hizo durante un acto de campaña en el
Segundo Encuentro con Concejales Urbanos y Rurales.
"Para que no volvamos a cometer el error de hacer elefantes blancos con el dinero que podríamos haber hecho 10 escuelas. Se ven muy bonitas. Pero con el dinero que cuesta una escuela del milenio, podríamos haber hecho 10 escuelas". (Video. Precandidato de Gobierno Lenin Moreno critica las escuelas del milenio, Teleamazonas, 28 octubre 2016)
Las declaraciones de Moreno tomaron por sorpresa a todos y suscitaron conmoción nacional. Nadie del gobierno había cuestionado públicamente las UEM hasta ese momento.
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Pancho Cajas |
El primero en reaccionar fue el Ministro de Educación Augusto Espinosa, quien aseguró que las UEM no son 'elefantes blancos' sino 'caballos de Troya contra la pobreza'.
Dijo que las declaraciones de Moreno habían sido sacadas de contexto y
que el problema del costo se resolvería con las Unidades Siglo XXI. Negó que Moreno hubiese defendido las escuelas pequeñas.
"Escuché
las declaraciones de Lenin y él no habla de hacer escuelitas más
pequeñas, porque sería terrible volver al pasado. Lo que habla es de que
existen alternativas constructivas que sugieren menos costo. Eso son las
Unidades Educativas Siglo XXI, que cuestan cinco veces menos que las
Escuelas del Milenio". (
Escuelas del Milenio: ¿elefantes blancos o caballos de Troya contra la pobreza?, El Comerico, 31 oct. 2016).
Días después (8 nov.), entrevistado por el programa "El Poder de la Palabra" de Ecuador Inmediato, Moreno amplió su posición sobre las UEM. El director del medio empezó preguntándole: "¿Estás asumiendo una posición crítica frente al gobierno para ser candidato contra la 'revolución ciudadana'?". Moreno respondió: "No. Mira: la crítica es sana, tiene que ser constructiva". A la pregunta "A ver, ¿qué es lo que dijiste de las escuelas del milenio?", Moreno contestó:
“Yo dije exactamente que las Escuelas del Milenio, algunas - como lo ha
dicho el Presidente también - tienen demasiado hierro y demasiado cemento, y que
tienen cierto tipo de acondicionamientos como ascensores o rampas que
prácticamente son innecesarias porque bastaría poner al alumno o al
profesor en el piso de abajo.
No me opongo bajo ninguna circunstancia al
concepto de escuelas de primer orden, de calidad; profesores preparados,
escogidos y seleccionados mediante un sistema de contratación
extraordinario y libre; laboratorios de química, de física, de anatomía,
laboratorios de internet a los que puede inclusive acceder el público.
Mira la maravilla del concepto de Escuela del Milenio: alumnos bien
preparados, alumnos con sus uniformes, con sus útiles, con la alimentación, patios adecuados, baños adecuados y limpios. Ese es
el concepto de Escuelas del Milenio y eso es lo que se ha venido
cumpliendo.
Lo que digo yo es que, a lo mejor, como se está haciendo
ahora, con prefabricados construir dos o tres Escuelas del Milenio con
el dinero que se hizo una. Eso, por una parte. Y por otra parte, la necesidad de
multiplicar no solo las Escuelas del Milenio sino las escuelas
pequeñas. Es importante, porque hacer Escuelas del Milenio por todo el país no lo vamos a
poder hacer sino a un muy largo plazo. Mientras tanto debe seguir
habiendo escuelas pequeñas, a lo mejor sin los laboratorios de las
Escuelas del Milenio, pero debe haber ese tipo de escuelas para que puedan acceder principalmente los sectores más alejados y
pauperizados del campesinado ecuatoriano”. (AUDIO), Ecuador Inmediato, 8 nov. 2016).
La esperada reacción de Correa vino una semana después. Sin mencionar a Moreno, defendió con vehemencia las UEM
(Enlace 499, 5 nov.).
"Tal
vez no se entienden bien los conceptos de la Escuela del Milenio. Es
una escuela comunitaria. Por ejemplo, la biblioteca está a la entrada,
para que los padres de familia, la comunidad, el barrio, puedan ir a
consultar libros. Ahí hay computadoras con internet, banda ancha las 24
horas del día, para que las familias puedan manejar internet, puedan
hablar vía Skype con sus familiares si son migrantes en España o
Estados Unidos".
“Nunca
más la escuelita por aquí, la escuelita por acá, todo incompleto y las
grandes víctimas eran nuestros estudiantes. Ahora escuelas bien puestas,
para que tengan servicios educativos completos".
“Vendrá un
demagogo y dirá: yo voy a hacer escuelas más pequeñas de 50 chicos con
todos los servicios. Lo que se ahorra en inversión se va a gastar en
costo operativo. No nos dejemos engañar por los mismos de siempre”. (Rafael Correa defiende las escuelas del milenio, El Universo, 6 nov. 2016).
Moreno reculó. En el discurso de inauguración del
primer centro de capacitación ciudadana de Alianza PAIS en Guayaquil, alabó las UEM como una de las mejores obras del gobierno.
"Como por arte de magia todos vimos surgir escuelas maravillosas, escuelas del milenio de excelente calidad" (Video. Lenin Moreno: “Las escuelas del milenio, una de las mejores obras”, Teleamazonas, 24 nov. 2016).
A medida que avanzaba la campaña electoral
, retomó la crítica. Reafirmó la necesidad de mantener las UEM pero a la vez la necesidad de reabrir las escuelas comunitarias y asegurar escuelas cercanas a las comunidades. Dijo que su gobierno no construirá más UEM, pero que terminará las que quedaran a medio construir (
Las promesas de Lenin).
Correa, por su parte, siguió insistiendo hasta el último día de la campaña, interpelando directamente a los electores. "Hay que seguir sembrando la Patria con estas nuevas escuelas. Eso le deben exigir al próximo gobierno" dijo al inaugurar una nueva UEM y varias Unidades Siglo XXI (28 marzo 2017).
Mamotretos
Poco después de las declaraciones de Moreno, durante la campaña electoral el candidato presidencial Paco Moncayo, de la Izquierda
Democrática, y exAlcalde de Quito, llamó «mamotretos» a las escuelas del milenio en una entrevista radial.
"Usted
vaya a la Amazonía. Encuentra primero un edificio que rompe la armonía
del paisaje. En ese paisaje hermoso de la Amazonía, ve un
mamotreto. Y eso implica que han cerrado escuelas alrededor. Esos chicos
tienen que ir al mamotreto, en la selva. O sea, se ha administrado
desde un absoluto desconocimiento de la realidad nacional".
Las declaraciones de Moncayo indignaron a Correa.
Candidato a la Presidencia calificó de «mamotreto» a las Unidades Educativas del Milenio tituló el diario gubernamental El Ciudadano (3 dic. 2016).
A esto se había referido Correa el día anterior, en el Enlace
503. "La
sombra del pasado en la educación quiere volver. ¡Los ecuatorianos no
lo permitirán!", sentenció. La Presidencia de la República y la Secretaría de Comunicación (SECOM) prepararon un video titulado
Paco Moncayo quiere volver a la educación del pasado, el cual fue exhibido junto a la alocución presidencial.
“Es hasta torpe, políticamente, lo que
está haciendo este señor Paco Moncayo, pero así es la ambición y la
presión del MPD que quiere volver a secuestrar nuestra educación”.
(Presidente Correa rechaza declaraciones de Paco Moncayo sobre el sistema educativo, Ecuador Inmediato, 3 dic. 2016)
Los insultos a Moncayo inundaron las redes sociales.
Aunque quien abrió fuego con la crítica a las UEM fue Moreno, el correísmo y los trolls no se permitieron aplicarle la misma medicina.
Elefantes blancos y mamotretos
Lenin Moreno tenía razón: las UEM son elefantes blancos. Son ciertos los altos
costos; la inviabilidad de sembrar UEM en todo el país, según el plan de Correa; el tiempo que eso tomaría; el absurdo del
modelo escolar único; la necesidad de escuelas pequeñas - satanizadas
por Correa y Espinosa - en
las comunidades rurales; el problema de las distancias y la accesibilidad; la abundancia de
hierro y de cemento; los gastos superfluos, como los ascensores.
En un país que lideraba la
autocensura en América Latina (solo
34% decía que hay libertad para
expresarse y criticar, según la encuesta del
Latinobarómetro 2016), Moreno se animó a hacer la crítica públicamente, al igual que Moncayo. Este último recibió las
usuales descalificaciones de Correa ('mediocres', 'sufridores',
'odiadores', 'tirapiedras', 'atrasapueblos', 'los mismos de siempre') y
el acoso del
troll center correísta en las redes.
Paco
Moncayo tenía razón: las UEM son verdaderos mamotretos en muchos
lugares, y no solo en la Amazonía. Megaconstrucciones de cemento que contrastan con los paisajes, frondosos o desérticos de la geografía nacional, con la pobreza circundante, con las culturas indígenas, con las múltiples diversidades del Ecuador. Estandarización versus diversidad, cemento versus naturaleza, infraestructura versus pedagogía, desarraigo versus espíritu comunitario.
Diversos materiales y testimonios confirman esas impresiones. Menciono algunos:
» El documental
"Se nos fue la alegría", del Contrato Social por la Educación (Quito, 2016) mostró, vívidamente, los efectos e impactos del cierre de escuelas comunitarias en las provincias de Cotopaxi y Chimborazo, en la sierra central.
Los sacrificios que deben hacer las familias y los niños en las zonas rurales
para llegar a las UEM. Los madrugones de todos pero sobre todo de los más pequeños. Las largas caminatas para quienes viven más
allá de los 3 kilómetros de la escuela o el transporte precario
contratado por los padres de familia, comprometiendo no solo la
seguridad de los niños sino, además, el presupuesto familiar. El vaciamiento de las comunidades cuando se les quita la escuela - centro cultural y comunitario por excelencia, producto de muchas luchas - y cuando se van de la comunidad los niños y los adolescentes. La ruptura de la vida y del tejido comunitarios. El sentimiento de pérdida.
» Un reportaje sobre una UEM en la Amazonía de
Jaime Giménez, periodista madrileño radicado en el Ecuador, y publicado en el diario El País, de España. La Unidad del Milenio descrita en el reportaje es la de
Nuevo Rocafuerte, una pequeña localidad a la que solo se puede llegar
navegando durante
más de seis horas por el río Napo, afluente del Amazonas. El relato
muestra la inadecuación y las mil y un dificultades del modelo UEM
operando en la Amazonía ecuatoriana. (
Colegios para los olvidados del Ecuador, El País, 6 sep. 2016).
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Foto: Ministerio de Educación |
» Un
reportaje sobre una UEM en la provincia de Cotopaxi, en
medio indígena, publicado en enero 2017 en la Revista Vistazo (
Lo que no se enseña en las escuelas del milenio).
Se trata de la UEM de Pigua Quindigua. Una obra
de 3.7 millones de dólares en un paraje habitado
por población indígena, pobre. La UEM es percibida como
"un oasis en un desierto", a decir de una mujer de la zona.
» Varios artículos míos referidos a las UEM. Visita a la
Unidad Educativa del Milenio Jatun Kuraka en Otavalo en 2009 y a la
Unidad Educativa del Milenio en Guano en 2016. En
Infraestructura escolar nueva pero no innovadora analizo la dimensión arquitectónica de las UEM.
Adiós a la educación comunitaria y alternativa describe lo sucedido con el cierre de escuelas en el gobierno de Correa.
El cierre de la escuela Inka Samana destaca el caso de una de las primeras escuelas intervenidas por el Ministerio de Educación, una escuela altamente innovadora en medio indígena.
Escuelas pequeñas, escuelas del futuro cuestiona la idea de que la escuela pequeña significa atraso y «retorno al pasado».
Escuelas multigrado, ¿escuelas de segunda? desmonta la creencia de que la escuela multigrado/unidocente es necesariamente una escuela pobre para pobres.
"Antes, aquí era Escuela Vieja"
narra una visita que hice al programa Escuela Nueva de Colombia, un sistema
multigrado de calidad que ha ganado múltiples premios internacionales.
La estafa social del modelo UEM
Desde varios puntos de vista, el modelo UEM fue una estafa social al pueblo ecuatoriano, especialmente como modelo educativo para las zonas rurales. Antes que una política masiva que incluya a todos, terminó siendo una política altamente discriminadora y elitista. Antes que una política educativa transformadora, sintonizada con la plurinacionalidad, la multiculturalidad y el Buen Vivir, ha sido una política sintonizada con el proyecto modernizador del capitalismo que preconiza Rafael Correa.
El espejismo de la universalización Las
UEM fueron presentadas al país como una
política para universalizar una
educación pública gratuita y de calidad, especialmente para los sectores y grupos menos favorecidos y más apartados. En los hechos, las UEM fueron una política altamente selectiva. Las 100 UEM construidas durante la década llegaron a una minoría de estudiantes del sistema público (menos del 5%). El gobierno reiteró el número de UEM construidas, en cada momento, pero evitó decir el número de estudiantes atendidos en éstas; la sociedad no preguntó y se asombró posteriormente con el descubrimiento de la baja cobertura (bastaba revisar el número de UEM construidas y la capacidad de cada una). El modelo
UEM generó enormes expectativas en la población y finalmente una enorme brecha entre los pocos que tuvieron acceso a
una y los que no.
El espejismo del modelo escolar único para todos La idea de
un modelo escolar único, estandarizado, igual para todos en el
territorio nacional, fue justificada en términos de costos y economías de escala, y no fue cuestionado por la sociedad. Las voces de los especialistas no se escucharon, fueron tenues o fueron acalladas. Durante la década, la estandarización se impuso en todos los ámbitos de la educación, negando la diversidad y la necesidad de diversificar, antes que homogeneizar, la oferta educativa desde el Estado.
El espejismo de la modernidad y el vanguardismo Las UEM fueron planteadas como un modelo ejemplar, de vanguardia, siglo XXI, no solo a nivel nacional sino latinoamericano e incluso mundial. Correa reiteró que las UEM "no le pedirán
favor a ninguna escuela del extranjero" (oct. 2013).
"Vienen de otros países a mirar nuestras Unidades del Milenio", "Las
Unidades Educativas del Milenio son fabulosas, sirven de ejemplo para
la región" (13 dic. 2016). El ministro de educación Augusto Espinosa afirmó en 2014 que
"Ecuador se va a convertir en referente de lo que es la infraestructura educativa del siglo XXI en América Latina" (ver
video). Esto no es lo que ha sucedido. Ni el concepto ni el diseño arquitectónico ni los costos hacen de las UEM un modelo atractivo a nivel internacional.
El espejismo de la innovación La infraestructura de las UEM es nueva y moderna pero no innovadora. Las UEM replican el diseño arquitectónico
convencional de la «escuela-hospital» o la «escuela-cárcel» organizada en pabellones y aulas alineadas a lo
largo de corredores. La organización del aula y el
mobiliario escolar también replican el patrón
conocido: pupitres individuales, organizados en filas, frente a la pizarra y al profesor.
La arquitectura escolar ha avanzando mucho en las últimas décadaa a nivel internacional, con diseños innovadores pensados desde el aprendizaje y desde la necesidad de romper con el modelo pedagógico y la cultura escolar convencionales.
El espejismo de la calidad La «revolución educativa» puso en el centro la infraestructura. Las UEM instalaron la idea de que la infraestructura, por sí misma, asegura calidad
en educación.
La sociedad ecuatoriana fue bombardeada con el mensaje de que el Ecuador cuenta ya con una educación pública de calidad y hasta de excelencia. En el centro de esa afirmación estuvieron la infraestructura y el equipamiento, no la calidad docente, el currículo o la pedagogía. De hecho, las UEM son un proyecto arquitectónico sin proyecto pedagógico. El modelo pedagógico bancario, memorista y enciclopédico, no cambió; la infraestructura por sí misma no cambia la pedagogía. Adicionalmente, la
doble jornada adoptada en el modelo UEM (buscando el máximo aprovechamiento de la infraestructura) opera en contra, no a favor, de la calidad de la educación.
El espejismo de los megaplanteles El modelo UEM vino a plantear la disyuntiva entre planteles grandes
y planteles pequeños. El beneficio de la «escuela completa», que ofrece todos los
niveles educativos (desde la educación inicial hasta el término del bachillerato), puso en el tapete el tema del tamaño de la escuela. La
escuela pequeña pasó a ser considerada sinónimo de atraso y quienes la defienden fueron considerados defensores del «retorno al pasado». El número de alumnos y la heterogeneidad de edades conviviendo en el mismo plantel - desde niños pre-escolares hasta jóvenes
bachilleres - son cuestiones que pesan en contra en el análisis de las ventajas y desventajas de los planteles grandes.