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Sudáfrica 1993: Un momento con Mandela





Aquí estoy, sola, en Hamburgo, viendo todo lo que hay que ver sobre Mandela en la televisión, y penando. Este hombre me tocó e inspiró a mí y a toda una generación en todo el mundo. Parecía inmortal pero ha muerto. Tuve el privilegio de verle en Sudáfrica, en 1993, hace veinte años. Estaba por convertirse en Presidente y preparándose para asumir el gobierno.

Fui por primera vez a Sudáfrica en noviembre de 1993. Mandela había sido liberado en 1990, después de 27 años en prisión. Su liberación fue celebrada mundialmente, y muy especialmente en su propio país. En febrero de 1994, Mandela se convirtió en el primer Presidente negro de Sudáfrica.

Yo trabajaba entonces en UNICEF, en Nueva York, como miembro del equipo de asesores en la Sección de Educación, cuando recibí la invitación del Centre for Education Policy Development (CEPD), una ONG técnica vinculada al Congreso Nacional Africano (African National Congress - ANC), el partido político de Mandela. El CEPD se había creado ese mismo año, "durante los años moribundos del apartheid, para desarrollar políticas alternativas de educación y capacitación para una futura Sudáfrica democrática" abanderada del anti-racismo, la equidad, la democracia, una educación de calidad y el aprendizaje a lo largo de la vida. El esfuerzo culminó en el Marco de Política para la Educación y la Capacitación del ANC. Más de 300 investigadores, académicos y educadores contribuyeron al documento.

El CEPD me invitó a contribuir al componente de educación básica de adultos del plan de gobierno en preparación. También me invitó a dar la conferencia inaugural en la Conferencia Nacional de Educación Básica de Adultos "Putting Adult Basic Education in the National Agenda" ("Ubicando la Educación Básica de Adultos en la Agenda Nacional") que se realizó en Johannesburgo el 12-14 de noviembre de 1993. El nombre que eligieron para mi conferencia fue: "La educación de adultos y la construcción de sociedades democráticas".

Por supuesto, me encantó la idea de ir a Sudáfrica en un momento tan especial y para una tarea tan importante. Un país muy sufrido viviendo a plenitud la felicidad y la esperanza, preparándose para votar, para gobernar, para empezar a enterrar el apartheid. Por donde fui encontré gente maravillosa, talentosa y comprometida, de todos los colores, de todas las edades. He vuelto a Sudáfrica varias veces desde entonces, pero esa primera vez, en 1993, fue un evento excepcional. 

Mucha gente llegó a la conferencia. El salón estaba lleno, ruidoso, brillante. Los sudafricanos estaban ansiosos de escuchar, de aprender, de imaginar cómo sería la nueva educación en su país. 

Hablé sobre Paulo Freire, como me pidieron. Freire había sido prohibido en Sudáfrica durante los años oscuros del apartheid. Copias piratas de sus escritos - especialmente de la Pedagogía del Oprimido - habían circulado de modo clandestino y habían inspirado a varios grupos universitarios a emprender intentos radicales de alfabetización de jóvenes y adultos. En realidad, muchos se sorprendieron al saber que Freire estaba vivo, y activo.  El apartheid no solo había prohibido sus escritos sino que había logrado eliminar a su autor.

Visitar Soweto en aquel momento fue toda una experiencia. Me impresionó todo lo que ví y escuché. No conservo fotos pero la memoria ha retenido personas, lugares y conversaciones de una manera muy vívida.

Mandela apareció, de repente, en una de esas visitas. Le ví a la distancia, rodeado de gente y sonriendo todo el tiempo. Percibir el amor y la admiración que los sudafricanos tenían por él fue una experiencia inolvidable. Aún y si no nos presentamos y si no llegamos a estar cerca, he atesorado ese momento como un momento precioso en mi vida.

Hamburgo, 5 de diciembre de 2013

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South Africa 1993: A moment with Mandela

Pancho Cajas (Ecuador)


Here I am, by myself, in Hamburg, watching everything available about Mandela on TV, and mourning. This man touched and inspired me and millions around the world. He seemed immortal but is now dead. I saw him in South Africa in 1993, twenty years ago. He was about to become President and he was preparing himself for government.

I came to South Africa for the first time in November 1993. Mandela had been liberated in 1990, after 27 years in prison. His liberation was celebrated worldwide, but especially in his own country. In February 1994, Mandela became the first black President in South Africa.

I was working at UNICEF HQ in New York as a Senior Education Adviser when I received an invitation from the Centre for Education Policy Development (CEPD), a technical NGO linked to the African National Congress (ANC), Mandela's political party. CEPD had been created that same year, "during the dying days of apartheid, in order to develop alternative education and training policies that would serve a future democratic South Africa", aimed at promoting non-racism, equity, democracy, quality education and lifelong learning. The effort culminated in ANC’s Policy Framework for Education and Training. Over 300 researchers, academics and practitioners contributed to the document.

CEPD invited me to contribute to the adult basic education component of the government plan that was being prepared. They also invited me to be a keynote speaker at the National Adult Basic Education Conference "Putting Adult Basic Education in the National Agenda" held in Johannesburg on 12-14 November 1993. They had chosen the title of my conference: "Adult education and the building of democratic societies".

Of course, I was thrilled to come to South Africa at such a wonderful moment and for such a wonderful task. This was a country full of joy and hope, getting prepared to vote, to govern, and to start burying apartheid. Wherever I went, I met wonderful, talented and committed people, all colors, all ages. I have been in South Africa several times after that, but that first time, in 1993, was an exceptional moment.

Many people came to the conference. The room was full, noisy, brilliant. South Africans were eager to listen, to learn, to imagine what the new education in South Africa could look like.

I spoke about Paulo Freire; they asked me to. Freire had been banned in South Africa during the apartheid years. Illegal copies of his writings - especially The Pedagogy of the Oppressed - had circulated underground, and had inspired university groups to undertake some radical literacy efforts. In fact, many were surprised to know that Freire was alive and active. Apartheid had not only banned his writings, but had managed to ban the man himself.

Visiting Soweto at that time was quite an experience. I was impressed with everything I saw and heard. I have no pictures but the memory has retained people, places and conversations in a very vivid way.

Mandela appeared all of a sudden in one of those visits. I saw him at a distance. As usual, he was surrounded by many people, and smiling all the time. Feeling the love and admiration South Africans had for him was an incredible experience. Even if we didn't meet or even get close, I have kept that moment as a very precious moment in my life.

Hamburg, 5 December 2013

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A mi amigo Paulo Freire | To my friend Paulo Freire

A mi amigo Paulo Freire ▸ To my friend Paulo Freire


Tomado de: Blog Centro de Recursos Normal 1, Buenos Aires

A Paulo Freire, maestro y amigo

Compilación de textos sobre Paulo Freire publicados en este blog.
De hecho, el primer post que escribí en este blog fue "Paulo Freire, los sexshops y la comida tailandesa", con el que lo inauguré en septiembre de 2010.


En el año 2009, el gobierno de Brasil pidió disculpas a Paulo Freire. El no pudo agradecer el gesto, porque llevaba doce años muerto. Paulo había sido el profeta de una educación solidaria.

En sus comienzos, daba clases bajo un árbol. Había alfabetizado a miles y miles de obreros del azúcar, en Pernambuco, para que fueran capaces de leer el mundo y ayudaran a cambiarlo.

La dictadura militar lo metió preso, lo echó del país y le prohibió el regreso.

En el exilio, Paulo anduvo mucho mundo. Cuanto más enseñaba, más aprendía.

Hoy, trescientas cuarenta escuelas brasileñas llevan su nombre.

- Eduardo Galeano, "El hombre que enseñaba aprendiendo", Noviembre 28, Los hijos de los días, 2011.



Recojo aquí parte de la entrevista que le hice a Paulo en septiembre de 1985 en Sao Paulo, cuando nos conocimos. La entrevista se convirtió en un libro - Educación popular: Un encuentro con Paulo Freire - publicado en varios países, en español y en portugués. Yo vivía y trabajaba entonces en Nicaragua.
 
En la entrevista le pregunté acerca de la conocida cita de que "nadie educa a nadie", la cual ha servido entre otros para defender la no-directividad de la educación. Paulo fue enfático en afirmar la ineludible directividad de la educación, diferenciando directividad y autoritarismo.

Hace mucho había querido escribir estas dos anécdotas personales con Paulo; finalmente, lo hice. El título de la nota puede desconcertar a muchos. Se trata, no obstante, de cosas simples, que muestran al Paulo Freire ser humano, curioso, ingenuo y fresco como un niño, aprendiz permanente dispuesto a dejarse sorprender y a maravillarse con el mundo. (Seguir leyendo aquí)


Al igual que miles de jóvenes latinoamericanos de mi generación, supe por primera vez de la existencia de este pequeño país africano a través de Paulo Freire y su libro Cartas a Guinea-Bissau: Apuntes de una experiencia pedagógica en proceso, publicado en español en 1977. En él, Freire - quien, junto con su equipo del IDAC, asesoró al gobierno guineense en el campo de la alfabetización de adultos - relataba, con inocultada emoción, el proceso vivo de construcción de ese nuevo país que empezaba a ser Guinea-Bissau a raíz de su liberación del colonialismo portugués y, en particular, el papel preponderante que cobraba la educación, segunda gran lucha de liberación.(Seguir leyendo aquí)


Un Congreso de Alfabetizandos en Sao Paulo  (Paidós Editora 2000, dedicado a José Carlos y Vera Barreto)



En Sao Paulo, una de las ciudades más populosas del mundo y la ciudad con la más alta concentración de analfabetos en América Latina, tuvo lugar en diciembre de 1990 un evento sin precedentes: un Congreso de Alfabetizandos. Corría el Año Internacional de la Alfabetización y era Paulo Freire el mentor y organizador del Congreso, siendo entonces Secretario Municipal de Educación de Sao Paulo, conjuntamente con el MOVA-SP (Movimiento de Alfabetización de Jóvenes y Adultos de la Ciudad de Sao Paulo), el EDA-DOT (Programa de Educación de Adultos de la Dirección de Orientación Técnica) y el FORUM de los Movimientos Populares de Alfabetización de Sao Paulo. (Seguir leyendo aquí)


Escribí este texto en Buenos Aires el día que murió Paulo Freire, el 2 de mayo de 1997.

«No me comprenden», me decía en la entrevista que le hice en Sao Paulo en 1985. «No comprenden lo que he dicho, lo que digo, lo que he escrito». Mistificado por unos, demonizado por otros, incomprendido por muchos, Paulo Freire frecuentemente no se sentía reconocido en las versiones de sí mismo que, citando su pensamiento, le devolvían teóricos y prácticos, sectores progresistas y sectores reaccionarios, en el mundo entero.

Una y otra vez reclamó a sus críticos (pero podría haber reclamado con igual fuerza a sus seguidores) ubicar históricamente sus obras, reconocer la evolución de su pensamiento y su propia autocrítica, seguir su trayectoria más reciente y permitirle, en definitiva, el derecho a seguir pensando, a seguir aprendiendo y a seguir viviendo más allá de sus obras y, en particular, más allá de (1969), dos de sus obras más conocidas, y en la que muchos, seguidores y críticos, le dejaron virtualmente suspendido. (Seguir leyendo aquí)



"Yo quisiera morir dejando un mensaje de lucha" (entrevista en Sao Paulo, 1994)



Esta entrevista tuvo lugar el 3 de septiembre de 1994, en Sao Paulo, en casa de Paulo Freire y en presencia de Nita, su segunda mujer.

Yo venía de asistir, en Brasilia, a la Conferencia Brasileña de Educación para Todos en la que se lograron importantes acuerdos para el magisterio brasileño. Previamente había acordado con Paulo y Nita pasar a visitarles. El había aceptado mi propuesta de una entrevista centrada específicamente en el tema docente, tema que a él le inquietó siempre y fue abrazando con cada vez mayor convicción y firmeza. (Seguir leyendo aquí)


En Junio de 1992 Paulo Freire me pidió escribir el prefacio para un libro suyo (un libro que - según me contaba entusiasmado - se encontraba escribiendo en esos momentos, y cuyo título en portugués sería Professora sim, tia não. Cartas a quem ousa ensinar). Me sentí condecorada. No solo por tratarse de un libro de Paulo, sino por tratarse de éste en particular: un libro dirigido a los maestros - y, más específicamente, a las maestras de la escuela regular - , no para acusarles sino para defender su identidad y legimitidad como docentes, no para lisonjearles sino para desafiarles, no para bajarles orientaciones sino para dialogar con ellos. (Seguir leyendo aquí).
"No hay errores metodológicos; son errores ideológicos". Cuando leí por primera vez esta cita de Paulo Freire, fue un boquete de claridad. Y me vuelve a la mente muchas veces, frente a situaciones educativas, escolares, comunicacionales, de la vida cotidiana.

Ciertamente: quienes pretenden formar docentes poniendo en el centro títulos, métodos, técnicas, sin penetrar en saberes, creencias, prejuicios, valores, actitudes, apenas llegan a rozar la coraza exterior. O quienes pretenden remozar políticas y políticos. Si uno rasca un poco, el tufo ideológico puede ser mucho más fuerte que el de autores o métodos añejos. Hay que remover la tierra para sembrar la semilla. (Seguir leyendo aquí).

En su libro La educación en la ciudad (Siglo XXI Editores, 1997) Paulo Freire se refiere a mí diciendo: "Una gran educadora latinoamericana, de Ecuador, Rosa María Torres, igual que yo, y por las mismas razones epistemológicas, usó también codificaciones. Pero ella prefirió un camino que tal vez pudiésemos llamar postmoderno: usó codificaciones de situaciones de felicidad, de alegría, de satisfacción. Discutiendo lo que les faltaba, discutió sus derechos y fue tal vez más eficiente que yo".

Se refiere con esto a las innovaciones epistemológicas y metodológicas que introduje en la 
Campaña Nacional de Alfabetización "Monseñor Leonidas Proaño" del Ecuador (1988-1990), en la que estuve a cargo de la Dirección Pedagógica. Explico y doy ejemplos de cómo encaramos, en la cartilla y en la metodología de la alfabetización, el tema de la codificación y la concientización. (Seguir leyendo aquí).
Transcribo aquí un texto de Paulo Freire incluido en su libro Cartas a quien pretende enseñar (Siglo XXI Editores, México, 1994), específicamente la Carta 4, referida a las cualidades que todo educador o educadora progresista debe tener a fin de "crear la escuela alegra, la escuela feliz".
Ciertamente, un listado muy diferente de los listados que encontramos hoy mencionados como competencias o habilidades docentes deseables a desarrollar en el siglo XXI.

En 1993 fui invitada a Sudáfrica a aportar en el documento de política educativa que se preparaba entonces para la asunción del gobierno de Mandela y a dar una conferencia sobre el papel de la educación de adultos en ese momento del país. Los organizadores de la conferencia me pidieron que hablara sobre Paulo Freire. Muchos se sorprendieron al saber que estaba vivo. El régimen del apartheid había prohibido sus libros e intentado matar al hombre.



  Reflect: El triunfo del marketing en el campo de la alfabetización (1996)




Sobre educadoras y educadores


Junto aquí textos sobre el tema que he publicado en este blog. Son textos variados: artículos periodísticos, reportajes, crónicas, estudios, ponencias académicas, conferencias, entrevistas. Se refieren a "educadores" en sentido amplio - no solo vinculados a sistema escolar - y a varios países del mundo. Algunos son análisis a nivel regional o internacional, encargados por UNESCO, UNICEF u otros organismos internacionales.

Cada quien podrá encontrar aquí un texto adecuado a sus intereses y a su manejo de la temática: estudiantes, padres de familia, periodistas, organizaciones sociales, educadores, especialistas en educación. (Los textos están ordenados alfabéticamente, por la primera letra del título. Marco con asterisco los escritos en inglés o portugués).

10 ideas falsas sobre Finlandia y la educación
* 10 false ideas on education in Finland

Alfabetizando con el "Yo Sí Puedo" en Cayambe

Aprendiendo a leer y escribir en lengua mixe

Arquitectos y maestros

Campaña de Renovación Pedagógica

Círculos de Alfabetización "Sí Podemos"

* Children's Rights: A Community Learning Experience in Senegal

Colegio durante el día, Misiones a la noche

Consejos prácticos para anular el gusto por la Literatura

Cooperativas, Misiones Bolivarianas y escuela rural

Corrupción en la escuela

Cuando el aula suena, alumnos contentos trae

¿Curricular y extracurricular?

De los planes a los hechos

Deberes insólitos

Derechos de los maestros, ¿y los derechos de los alumnos?

¿Derechos de los niños o deberes de los niños?

Dinosaurios en la universidad

"Dos temores me detienen: el director y los padres de familia"

Dos escuelas, dos directoras, dos estilos de gestión

Ecuador: 4 años de "revolución educativa"

Ecuador: La batalla en torno a la evaluación docente (blog)

Ecuador: Los 12 valores y la escuela de los sábados

Educar a las madres en el valor del afecto y del juego

El currículo propone y el profesor dispone

El día en que todos los maestros son santos

El fracaso alfabetizador de la escuela

El modelo de preparación docente que no ha funcionado

El modelo ecuatoriano de evaluación docente

El nombre de Ramona Cuji

El orgullo de ser maestra

El relajo del aprendizaje y la buena pedagogía

El Reyecito y su Corte

El secreto finlandés es hacer las cosas al revés

El tormento de los deberes

El trauma del primer grado

Enseñar y aprender: dos cosas distintas

¿Escuelas para enseñar y escuelas para explicar?

Escuelas sin aulas, aulas sin escuelas

Falsas y verdaderas soluciones a los problemas de la educación

Finlandia: la educación es asunto de educadores

Formación docente: Clave de la reforma educativa

Formar docentes para despertar el niño interior

Gabriela sabe leer pero tiene miedo

Glosario mínimo sobre la educación en Finlandia

Hay que remover la tierra para sembrar la semilla

Historias de docencia y heroísmo

Humor que duele, ¡cambiemos la educación!

Imagine una profesora

La profesión docente en la era de la informática y la lucha contra la pobreza

Lalo y Lola no valen lo mismo en el aparato escolar

La escuela de la maestra Raquel

La escuela impenetrable a la modernidad

La reforma educativa tradicional

La evaluación docente con sangre entra

La urna de cristal

La vigencia y el poder de la radio

Los contorsionistas (A propósito de habilidades y talentos)

Los espejismos de la innovación en educación

Los maestros son ex-alumnos (renovación escolar y renovación docente)

Los 4 "P": padres, profesores, periodistas y políticos

Madre Tierra

Maestros de antes

Maestros de inicios del siglo XX

Maestros indígenas en busca de capacitación (EZLN, Chiapas)

Manipuladoras de alimentos, manipuladores de textos

Monólogo

* A Teacher's Monologue

"Niños, no se olviden de usar el hilo dental"

No hay revolución educativa sin revolución docente y sin diálogo social

Nuestro adiós a Pepe Rivero

¿Nuevo rol docente? Nuevo modelo de formación

Participación social en educación y observatorios ciudadanos

Pedagogía del afecto

Pedagogía escolar: el cultivado hábito de no entender

Por qué los maestros están llamados a ser los primeros defensores de los derechos de los niños

¿Por qué los padres de familia solo existen para los problemas?

Profesora sí, tía no (Prefacio al libro de Paulo Freire)

Programa de Alfabetización "Encuentro" y Barrios de Pie (Argentina)

Racismo y retardo mental

Reformas y educadores: el cambio educativo atrapado entre dos lógicas
* Reformadores e docentes – a mudança educacional presa entre duas lógicas

Salas de profesores

Sobre educadores, buenos educadores y profesionalización

Soñar como consigna

Talleres de lectura para maestros

Tarjetas navideñas

Tatuajes

"Trabajo dos turnos y hago crochet"

Un aula de clase ancha, ancha, ancha

Una clase de alfabetización en español, traducida al aymara

Una clase de alfabetización entre rejas

Un día de Comunidad-Escuela: Una experiencia en Granada

Una educación del cuello para arriba

Y colorín, colorado, este cuento nos ha atormentado

"Yo quisiera morir dejando un mensaje de lucha": entrevista con Paulo Freire

Paulo Freire, Guinea-Bissau y la alfabetización



“La dinámica de la lucha exige la práctica de la democracia, de la crítica y de la autocrítica, la creciente participación de las poblaciones en la gestión de su propia vida, la alfabetización, la creación de escuelas y servicios sanitarios, la formación de “cuadros” extraídos de los medios campesinos y obreros y de otras muchas realizaciones que implican una gran aceleración del proceso cultural de la sociedad. Si se considera todo eso, es claro que la lucha por la liberación no es sólo un hecho cultural, sino un factor de cultura". Amílcar Cabral

Al igual que miles de jóvenes latinoamericanos de mi generación, supe de la existencia de este pequeño país africano a través de Paulo Freire y su libro "Cartas a Guinea-Bissau: Apuntes de una experiencia pedagógica en proceso", publicado en español en 1977. En él, Freire - quien, junto con su equipo del IDAC, asesoró al gobierno guineense en el campo de la alfabetización de adultos - relataba, con inocultada emoción, el proceso vivo de construcción de ese nuevo país que empezaba a ser Guinea-Bissau a raíz de su liberación del colonialismo portugués y, en particular, el papel preponderante que cobraba la educación, segunda gran lucha de liberación.

Jamás habría podido sospechar, cuando leí y subrayé aquel libro (que conservo y le pedí a Paulo que me lo autografiara), que un día, la vida y el trabajo me llevarían a Guinea-Bissau, casi veinte años después de aquella experiencia, y que tendría oportunidad de (re)conocer los lugares que él había descrito e incluso de trabajar con algunas de las personas con quienes él colaboró.
 

Fue triste constatar, in situ, que de esa experiencia no quedaba nada, salvo un sabor de fracaso. Quienes participaron en la alfabetización de adultos consideraban un error haber elegido el portugués como lengua de instrucción. Según afirmaban, pocos aprendieron a leer y escribir. La alfabetización no ha vuelto a levantarse desde entonces y las tasas de analfabetismo y de pobreza siguen siendo altas. Un manto de escepticismo y negativismo se había apoderado de la gente involucrada en tareas de alfabetización, viejos y jóvenes.
 

Encontré, para mi sorpresa, que muchos atribuían a Freire y a su equipo haber elegido el portugués como lengua de alfabetización. No obstante, el libro mismo - que llevé conmigo y releí en el avión, camino a Guinea-Bissau - desmiente esa creencia (¿acaso Freire lo escribió anticipándose a los baches de la memoria histórica?). La preocupación en torno a la lengua de alfabetización es una constante a lo largo del libro.

Paulo nunca propuso alfabetizar en portugués y, al contrario, se opuso rotundamente a quienes defendían esta opción.
En una carta del 3 de febrero de 1976 dirigida a Amílcar Cabral leemos: 
"Desde luego, el proceso de liberación de un pueblo no se da, en términos profundos y auténticos, si ese pueblo no reconquista su palabra, el derecho de decir, de 'pronunciar' y de 'nombrar' el mundo. Decir la palabra en el sentido de que cada hablante libere consigo su lengua de la supremacía de la lengua dominante del colonizador. La imposición de la lengua del colonizador al colonizado es una condición fundamental para la dominación colonial". 
Considerando "el papel que el criollo viene desempeñando (...) en la unidad nacional, desde los tiempos duros de la lucha", Freire propuso el uso del criollo y "la tarea de su 'reglamentación' como lengua escrita - tarea que requiere, obviamente, la orientación de lingüistas competentes - entre las prioridades de la lucha por la reconstrucción del país". 

En la última página del libro, a manera de conclusión, Freire escribía: 
"En verdad, cuanto más penetro en la experiencia guineense tanto más salta a la vista la importancia de este problema [de la lengua], que pide respuestas adecuadas en situaciones diferentes. De hecho, el problema de la lengua no puede dejar de ser una de las preocupaciones centrales de una sociedad que, al liberarse del colonialismo y rechazar el neocolonialismo, se entrega al esfuerzo de su re-creación. En este esfuerzo de re-creación de la sociedad, la reconquista de su Palabra por el Pueblo es un dato fundamental".
Dos décadas después del vínculo personal de Paulo Freire con Guinea-Bissau, su sistema educativo - y el de la mayoría de los países africanos - seguía centrado en la lengua del colonizador. Reconocer los errores, lamentar los fracasos, no parece haber sido suficiente.

* Este texto fue publicado en: Moacir Gadotti (organizador), Paulo Freire: Uma biobibliografia, Cortez/Instituto Paulo Freire, Sao Paulo, 1996.

Para saber más
-
Sónia Vaz Borges, Instituto Tricontinental de Investigación Social, "La formación política para la liberación del PAIGC en Guinea-Bissau, 1963-74" , Julio 2022.

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- La escuela del Tío Bernardo (Guinea-Bissau)

Comida rápida, lectura rápida, aprendizaje rápido

"Escuelas lentas propician el descubrimiento del gusto por el saber,
las rápidas dan siempre las mismas hamburguesas". Maurice Holt
“We do not learn from experience. We learn from reflecting on experience.” 
"No aprendemos de la experiencia ... sino de reflexionar sobre la experiencia".
John Dewey

La prisa de los tiempos contagia al mundo de la educación. Mientras hay cada vez más para aprender y se pide más de todo - presupuesto, tiempo de enseñanza, evaluación, computadoras, Internet, etc. - se espera que el aprendizaje se realice en el menor tiempo posible. No obstante, el fast learning (aprendizaje rápido), igual que la fast food (comida rápida), hacen mal a la salud, provocan estrés, son difíciles de digerir, renuncian al placer de saborear, llenan sin alimentar, engordan sin nutrir. Comida chatarra, aprendizaje chatarra.

Leer rápido, escribir rápido, estudiar rápido, aprender rápido, obtener rápidamente certificados y títulos, aparecen como objetivos deseables para la sociedad dentro y fuera de los sistemas educativos, desde el pre-escolar hasta el quinto postgrado. El ideal social hoy parecería ser que los niños aprendan a leer y escribir incluso antes de entrar a la escuela, que los alumnos aprueben cursos y niveles en cadena, que la capacidad de elegir una carrera o un oficio se desarrolle a temprana edad, que los profesores se capaciten en cursillos y talleres, que los que pueden sigan estudiando maestrías y doctorados sin parar, sin haberse enfrentado a los problemas de la vida real, sin haber tenido una experiencia de trabajo e incluso sin una mínima problematización en torno al campo de estudio o de trabajo elegido.

Justamente todo lo contrario a lo que, como especialista, recomiendo en consultas y asesorías: no apresurar a los niños pequeños a leer y escribir; prolongar lo más posible la infancia y el juego; dejar más espacio y tiempo libre a los estudiantes durante toda su escolaridad; alternar estudio, trabajo y actividades de servicio social; formar más que capacitar a los docentes; aplazar maestrías y postgrados hasta que los conocimientos, las dudas y la experiencia acumulados permitan realmente articular teoría y práctica, aprovechar y disfrutar el estudio sistemático y autónomo.

El aprendizaje chatarra se ha aceitado con el avance de las tecnologías, su ubicuidad y su mayor accesibilidad, pero sus raíces están en el persistente desconocimiento y el viejo desprecio en torno a lo que significa aprender, comprender, conocer, saber... El que sabe, sabe que el aprendizaje tiene condiciones, requerimientos, etapas y ritmos que no pueden ignorarse o violentarse a antojo; que aprender implica tiempo, motivación, apropiación, reflexión, emoción, procesamiento, esfuerzo, perseverancia, equivocación y rectificación, contrastación, vinculación teoría-práctica, uso de lo aprendido...

Los resultados y las consecuencias de lo aprendido a las carreras, es decir, de lo no aprendido, están a la vista de todos, todos los días, en todo lado.

Tres ejemplos de fast-learning:

Alfabetización de adultos

La alfabetización de adultos ha sido tradicionalmente campo de apurados. Los programas y
«
métodos» más populares han sido siempre los que ofrecen alfabetizar en tiempos récord. Recordemos que Paulo Freire, cuyo nombre cobró renombre internacional en este campo, propuso en 1963 una Campaña Nacional de Alfabetización - siendo entonces director del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Recife - que proponía alfabetizar a trabajadores rurales en un mes y medio. No sabemos si se habría logrado pues el plan no llegó a concluir ya que, a raíz del golpe militar de 1964, Freire debió salir de Brasil y asilarse en Chile.

El método cubano de alfabetización "Yo Sí Puedo", utilizado en muchos países, debe entre otros su popularidad al corto tiempo contemplado para la capacitación de los alfabetizadores (un breve taller de un día o incluso menos) y para la alfabetización (entre siete semanas y tres meses). El método consta de una cartilla, un manual y 17 vídeos con 65 clases, de las cuales 10 se dedican a la «etapa de adiestramiento», 42 a la etapa de aprendizaje de la lectura y escritura, y 13 a la «etapa de consolidación».

Los resultados del fast-learning en el campo de la alfabetización, llámense campañas o programas, vienen acompañándonos desde hace décadas, obligando al eterno borra y va de nuevo. Los dados por «alfabetizados», sobre todo los que no han tenido ninguna experiencia escolar, terminan con habilidades mínimas de lectura y escritura, pegadas a la cartilla o el manual, inútiles para la vida cotidiana y el desempeño autónomo. El llamado «retorno al analfabetismo» por desuso a menudo no es tal; se trata simplemente de procesos de alfabetización que se interrumpieron antes de llegar a ser tales.

Velocidad lectora 

La lectura rápida gana adeptos en tiempos que incitan al escaneo más que a la lectura propiamente tal. El afán se ha trasladado a los sistemas escolares, de la mano entre otros del Banco Mundial, y como parte de los empeños oficiales de reforma educativa.

Embanderado en la «mejoría de la calidad de la educación», el Banco viene planteando la velocidad lectora como un indicador de dicha mejoría y de dicha calidad. Para cada grado de la escuela se fija un determinado número de palabras a leer. El propósito, según lo explicado en el caso de Perú, es lograr un instrumento de evaluación de la «competencia lectora» que sea "fácil de medir y de entender por parte de los padres, los maestros y los electores”. (Como referencia: se considera que normalmente una persona lee en voz alta entre 100 y 130 palabras por minuto; tratándose de lectura silenciosa, 200 palabras por minuto).

Durante la campaña electoral que llevó a Alan García por segunda vez a la presidencia del Perú (2006), el Banco Mundial promovió entre los candidatos el proyecto RECURSO de velocidad lectora, el cual fue adoptado por tres de los cuatro candidatos, García incluido (Banco Mundial, Hacia una educación de calidad en el Perú, 2006). Los estándares de velocidad lectora para la escuela primaria peruana quedaron así:

Grado 2: 60 palabras por minuto
Grado 3: 90 palabras por minuto
Grado 4: 110 palabras por minuto

Con variantes, el programa ha sido llevado a otros países latinoamericanos, entre ellos Chile y México. En México, la Secretaría de Educación Pública (SEP) lo adoptó en 2010, en primaria y secundaria, con el nombre de "Programa de Lectura Rápida Competencia Lectora". Se estableció que un niño de primer grado de primaria debe leer más de 59 palabras por minuto para ubicarse en el nivel avanzado, entre 35 y 59 palabras para ubicarse en el nivel estándar, entre 15 y 34 para ubicarse cerca del estándar, y menos de 15 para ubicarse en la categoría requiere apoyo. Para comprobar la velocidad lectora, se instruyó a los maestros medirla entre sus alumnos una vez por semana e incluir el dato en las boletas de calificaciones.

Las críticas de especialistas en los distintos países donde viene adoptándose este enfoque han sido lapidarias. La velocidad lectora no está necesariamente relacionada con la comprensión lectora y más bien puede comprometerla aún más a la vez que desestimular y desvalorizar la lectura por placer, fuente de formación de los buenos lectores.

Secundaria acelerada


Comprimir la escolaridad, a fin de ayudar a los
«rezagados» a completar un ciclo de estudio en el menor tiempo posible, es algo que viene haciéndose en muchos países para la educación primaria y secundaria. Se ofrecen modalidades especiales a jóvenes y adultos con «escolaridad inconclusa» así como a menores de 15 años que han repetido el año, han abandonado la escuela o no tienen acceso a ésta. Se trata básicamente de cursar los mismos contenidos pero en menos tiempo. Aceleración es el término que describe a estas iniciativas.

Un anuncio del fundador de Atari, Nolan Bushnell, circuló profusamente en Internet en 2011, un videojuego que, según él, permitirá hacer la educación secundaria en menos de un año. Speed to Learn  (Velocidad para Aprender) es
“un sistema de juego que enseña mientras estás jugando", un juego de computación en la nube combinado con actividades aeróbicas, que ofrecerá recompensas para incentivar el conocimiento y la rapidez para responder preguntas, y ejercicios repetitivos para memorización. Decía Bushnell que el juego se ha ensayado en cientos de aulas con 40.000 niños. "Actualmente estamos enseñando materias 10 veces más rápido. Creemos que cuando esté listo seremos capaces de enseñar una secundaria completa en menos de un año. Y creemos que podremos hacer eso hacia fines del próximo año".

Difícil saber qué es lo que se ofrecerá y qué es lo que aprenderán los jóvenes con este programa. Difícil ver esta propuesta circulada entusiastamente por educadores y especialistas no solo estadounidenses sino de otras partes del mundo y especialmente de América Latina. ¿Realmente creen que la educación secundaria puede resolverse con un programa de videojuegos y en menos de un año? ¿A tal punto puede llegar el espejismo de las tecnologías y la incomprensión de lo que es - o debería ser - una buena educación secundaria?

Así como el Fast Food dio lugar al Slow Food, es hora de cerrar filas en torno a un Slow Learning Movement que haga justicia al aprendizaje, posibilite el «aprendizaje profundo» y el «aprender a aprender», y sea coherente con el Aprendizaje a lo Largo de la Vida.

Para saber más
▸ Acusa experta falta de sustento en programa de lectura de la SEP, La Jornada, México, 18 octubre 2011
▸ La lentitud como valor inmediato
Por favor, ¿podrían dejarme desconectar?, El País, 28 abril 2012
The Slow Movement
Slow Food
Slow Education, educación a otro ritmo
Reflection is the most important part of the learning process

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Profesora sí, tía no (Prefacio al libro de Paulo Freire)

Frato


Prefacio al libro de Paulo Freire
"Profesora sí, tía no. Cartas a quien pretende enseñar"
(Siglo XXI Editores, México, 1994)


Cuando, en Junio de 1992, Paulo Freire me pidió escribir el prefacio para un libro suyo (un libro que - según me contaba entusiasmado - se encontraba escribiendo en esos momentos, y cuyo título en portugués sería Professora sim, tia não. Cartas a quem ousa ensinar), me sentí condecorada. No solo por tratarse de un libro de Paulo, sino por tratarse de éste en particular: un libro dirigido a los maestros - y, más específicamente, a las maestras - , no para acusarles sino para defender su identidad y legimitidad como docentes, no para lisonjearles sino para desafiarles, no para bajarles orientaciones sino para dialogar con ellos.

Que Paulo Freire escriba un libro dirigido a los maestros - no a los educadores de adultos que trabajan en la periferia del aparato escolar sino a los educadores que enseñan todos los días en las aulas - y que lo hiciera en estos términos - no apuntándoles con el dedo, ni siquiera solidarizándose con ellos desde afuera, sino interpelándoles desde un "nosotros" en el que Freire se incluye - sorprenderá a muchos, seguidores y opositores. Porque muchos, en uno y otro lado, continúan viendo a Freire como símbolo de la educación de adultos (antes que de la educación en general), la anti-escuela (la crítica a la escuela confundida con su negación), el anti-maestro (la crítica al sistema escolar personificada como crítica al maestro) e inclusive la anti-enseñanza (la confusión entre autoritarismo y autoridad, entre manipulación y ejercicio de la directividad que supone toda relación pedagógica).

Y es que, a menudo, como él mismo reclama, el Freire circulado en boca en boca y de cita en cita por el mundo es un Freire simplificado, formulizado, estereotipado a partir de un conjunto de nociones - educación bancaria, alfabetización, educación de adultos, concientización, diálogo, palabra generadora - y virtualmente suspendido en los años 60-70, junto con sus dos primeros libros: La educación como práctica de la libertad y la Pedagogía del Oprimido. Muchos admiradores y críticos, dentro de la propia América Latina, desconocen su trayectoria durante los últimos 25 años (¡un cuarto de siglo!): su experiencia de trabajo en Europa y Africa; su reencuentro con el Brasil después del largo exilio; su gestión como Secretario de Educación del Municipio de Sao Paulo entre 1989 y 1991; su prolífica obra, siempre inacabada, traducida a múltiples idiomas y esparcida por todo el mundo; su continuo aprendizaje y su eterna disposición para dejarse sorprender por lo nuevo o lo no percibido con anterioridad.

Me alegra - decía - la posibilidad de prologar este libro no sólo por su autor sino por su interlocutor: los maestros, los grandes relegados de la globalización educativa y de las políticas educativas. En el mismo momento en que declaraciones y acuerdos nacionales e internacionales coinciden en la centralidad de la educación para el desarrollo individual y social, en la urgencia de una transformación educativa profunda que asegure no sólo cantidad sino calidad, y en el papel protagónico de los maestros en dicha transformación y en el logro de dicha calidad, la situación de los maestros ha llegado a "un punto intolerablemente bajo", según reconoce la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Intolerablemente bajos y malos son los salarios, la calidad de vida, la autoestima, la valoración social, las condiciones de enseñanza, las oportunidades de formación y perfeccionamiento, el reconocimiento y la investigación del problema, y los presupuestos destinados a resolverlo para tornar mínimamente viables los ambiciosos objetivos y metas planteados en el discurso educativo de las últimas décadas. En realidad, la educación que algunos avizoran como la educación del siglo XXI - computadores y aparatos de todo tipo, modalidades a distancia, autodidactismo, enseñanza individualizada, aprendizaje programado, paquetes multimedia - tal parecería no incluir a los maestros y tener reservado para ellos, por el contrario, un proyecto de extinción.

La "cuestión docente" es, en efecto, LA cuestión por excelencia en la problemática educativa de la época. Tema-tabú del cual nadie quiere hablar, tópico que ahuyenta el análisis y el debate, asunto que no parece encajar en ninguna agenda ni presupuesto ni organigrama ni esquema clasificatorio.

Las realidades son contundentes y se expresan a escala mundial: pauperización y proletarización de los maestros, nivel educativo precario de amplios sectores del magisterio en servicio (incluyendo pobres niveles de alfabetismo y educación básica), reducción de la matrícula y bajas expectativas y motivación de los aspirantes al magisterio (ser maestro o maestra como último recurso), ausentismo marcado, abandono de la profesión, creciente incorporación de maestros empíricos o legos, pérdida de identidad y legitimidad social del oficio docente, falta de oportunidades de avance y superación personal, huelgas y paros frecuentes y prolongados, los maestros percibidos como problema (antes que como condición y recurso) y como el obstáculo principal para la renovación y el avance educativos.

También los argumentos se repiten con sorprendente homogeneidad (y son aceptados e internalizados con sorprendente facilidad): no hay dinero para incrementar los salarios; los maestros tienen de todos modos un horario holgado y trabajan poco; los incrementos salariales (y la capacitación misma) no han traído consigo los esperados mejores resultados de aprendizaje de los alumnos; la capacitación en servicio está más al alcance y rinde más que la inversión en formación inicial, aconsejándose en particular las modalidades a distancia; invertir en textos escolares (mejor si autoinstructivos, en tanto minimizan la intervención del docente) y en la capacitación de los maestros en su manejo es más seguro, barato y fácil que intentar la compleja vía de la reforma curricular o la revisión global de las políticas de selección, formación y apoyo docente; una de las maneras de reducir costos (y, eventualmente, incrementar el presupuesto destinado a mejorar las condiciones de los maestros) es aumentar el número de alumnos por aula bajo el entendido de que, desde la perspectiva de los alumnos y de sus rendimientos de aprendizaje, no hace diferencia si el grupo es numeroso o numerosísimo (da lo mismo - nos dicen los economistas del Banco Mundial - 30 que 50 u 80 alumnos en una clase).

No es éste el lugar para discutir la discutible validez de estos argumentos. Lo cierto es que crecientemente se presentan como verdades universales, científicamente fundamentadas en estudios y evaluaciones, y que es sobre estas grandes afirmaciones que vienen diseñándose las grandes políticas y estrategias educativas especialmente en los "países en desarrollo". Políticas y estrategias que portan un determinado proyecto de sociedad, de educación, de alumno y de maestro, y que es preciso desentrañar y discutir. Políticas y estrategias que hablan de protagonismo, profesionalización, autonomía docentes, pero que continúan de hecho profundizando el perfil subordinado y subvalorado del oficio docente, condenando a los maestros a la alienación y a la mediocridad, a ser ciudadanos de segunda, implementadores de currículos y textos, facilitadores de aprendizajes en cuya definición y orientación no participan ni tienen control.

Este es el contexto que hace de este pequeño libro tanto más importante y oportuno.

Cuando la confrontación entre gobiernos y organizaciones magisteriales ha llegado en muchos países a un punto crítico, cuando todos hablan sobre los maestros pero pocos parecen dispuestos a dejar que hablen ellos, alguien tiene que construir un puente para un diálogo de tú a tú, de educador a educador. Quién mejor que Paulo Freire -persona y símbolo, colega y autoridad- para hacerlo. El Freire maestro dialoga aquí con otros maestros, sin intermediarios, adoptando el lenguaje cercano e informal de la carta, compartiendo sus experiencias personales, ilustrando a través de ellas el derecho que tiene todo maestro y maestra a ser falible y a equivocarse, a ser héroe y ser humano al mismo tiempo.

Cuando lo que prima y tiende a imponerse es una visión estrecha, minimalista e inmediatista de la formación docente - capacitación, entrenamiento, manual, cursillo, taller, métodos, técnicas, recetarios, fórmulas - alguien tiene que resucitar el imperativo de una formación integral, rigurosa y exigente de los educadores; ir al rescate de su inteligencia, su creatividad y su experiencia como materia prima de su proceso educativo; recuperar la unidad entre teoría y práctica como espacio para la reflexión y el perfeccionamiento pedagógicos; volver a los temas fundantes, aquellos sin cuya comprensión y revisión caen en terreno estéril los mejores textos, los métodos y medios más modernos de enseñanza. 

Las diez cartas que componen este libro corresponden a diez de esos temas, temas que han acompañado de manera permanente y recurrente la trayectoria, la obra y la búsqueda de Freire: las fundamentales diferencias entre enseñar y aprender, las fuentes de la inseguridad y el miedo, la opción por el magisterio, las cualidades del buen educador, el primer día de clases, la relación entre educadores y educandos, la diferencia entre hablar al educando y hablar con él, los vínculos entre identidad cultural y educación así como entre contexto concreto y contexto teórico, el tema crítico de la disciplina.

Centrados en la lucha por las reivindicaciones económicas, los maestros y sus organizaciones han dejado erosionar su propia formación y capacitación permanente como un derecho y como una condición fundamental de su ejercicio y valoración profesionales. En contraste, y en un clima general de cuestionamiento a la unilateralidad y estrechez de las reivindicaciones sindicales, los no-maestros y sus organizaciones izan la consigna de la "(re)valorización" de los maestros, despojándola hasta donde es posible de sus implicaciones económicas (valorización expresada entre otros en salarios y calidad de vida dignos) y sesgándola hacia sus determinantes sociales y afectivos (respeto, legitimidad, reconocimiento, aprecio, gratificación, auto-realización, auto-estima).

En este cruce, Paulo Freire nos ofrece una entrada diferente para tratar ambos temas - (des)profesionalización y (des)valorización - al proponernos reflexionar sobre un hecho tan trivial como significativo: el apelativo de tía que, desde hace algunos años, sustituye al de profesora o maestra en escuelas, jardines de infantes y guarderías de varios países de América Latina y, en particular, de Brasil.

Al poco tiempo de publicarse este libro de Paulo en portugués, y hallándome en misión de trabajo en Brasil, me propuse sondear las percepciones acerca del tía entre directoras y profesoras de escuelas públicas que iba visitando en diversos Estados. Casi todas dijeron sentirse contentas y halagadas con el trato de tía, asociándolo a cariño y confianza de sus alumnos, a mayor proximidad con los padres de familia, a ambiente escolar agradable, distendido, fluido. Mi mención de un libro de Paulo Freire en el que él cuestionaba el apelativo tía, acusándolo de contribuir a deslegitimar y desprofesionalizar el rol docente, causaba por lo general estupor. El estupor que se provoca cuando se pone entre signos de interrogación el sentido común, la cotidianeidad, lo dado por obvio, lo que ha pasado ya a formar parte del reino de la ideología. Porque lo cierto es que la palabra tía, portadora de imágenes vinculadas al ámbito de la familia y los afectos, satisface por vías insospechadas la necesidad de la tan ansiada valorización (por parte de los alumnos, los padres, la comunidad), bloqueando la posibilidad de percibir su signo contradictorio, su efecto boomerang sobre la identidad del educador.

Esto es precisamente lo que hace del moderno tía -como del apóstol, el héroe, el jardinero, el guía, el conductor, el ejemplo, la vanguardia y tantos otros símiles con los que se ha ensalzado convencionalmente el ego docente - una trampa mortal. Esa profesora-tía que se siente apreciada y querida, está aceptando que es su sobrenombre de tía el que evoca afecto, no su nombre y su rol propios de profesora, de maestra. Aceptar la candidez de la tía -como la del apóstol o del sembrador de semillas o del forjador de juventudes - confunde y adormece, encandila y posterga, y no ha traido consigo ni mejores salarios ni mayor estatus ni condiciones adecuadas de trabajo ni profesionalización ni perspectiva de futuro. Porque nos recuerda que el apelativo de profesora, maestra, educadora - tiene valor y dignidad por sí mismo, y no necesita ni de símiles grandilocuentes ni de apodos ni de disfraces - facilitador, monitor, coordinador, organizador del aprendizaje, gestor pedagógico. Porque al desenmascarar a la tía y restituir a la profesora su derecho a dar y recibir afecto en tanto profesora, nos permite reconocer que el amor es parte integral de la calidad tanto del educador como de la educación.



Rosa María Torres del Castillo
Asesora Senior de UNICEF / Education Cluster
Nueva York, Octubre de 1994

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