Finlandia pone en jaque las nociones de tiempo escolar


En Finlandia los alumnos empiezan la escolarización a los 7 años de edad, pasan menos tiempo en la escuela que en la mayoría de países, tienen más tiempo de recreo, menos tareas en casa, más vacaciones y no hay horas extras de instrucción ... y sin embargo aprenden más.

Finlandia pone en jaque las creencias convencionales sobre el tiempo escolar, especialmente aquella de que más es mejor. En todos los ámbitos, Finlandia muestra que menos es mejor desde la perspectiva del aprendizaje y del bienestar de los alumnos.

Inicio de la escolaridad

La escolaridad se inicia a los 7 años de edad. En base a sus propios estudios, los expertos finlandeses concluyeron hace tiempo que a esa edad los niños están maduros para aprender a leer y escribir.

El hecho es que, dos años después, los niños finlandeses leen y escriben mejor que los demás niños de 9 años en el resto de Europa y en los países de la OCDE. Finlandia viene destacando en lectura y escritura en las pruebas PISA.

Educación obligatoria


La educación pre-escolar no es obligatoria.

La educación básica
(educación comprensiva, peruskoulu), obligatoria, dura 9 años, desde los 7 hasta los 16 años de edad.

Se ofrece la oportunidad de un año adiciomal ('décimo grado') a quienes desean prepararse mejor para estudios futuros.

Más del 99% de los alumnos completa la educación obligatoria.

Los primeros seis años de la educación básica equivalen a la educación primaria y los tres años siguientes al ciclo inferior de la educación secundaria.

El segundo ciclo de la educación secundaria (a partir de los 16 años de edad) ofrece dos opciones: (a) bachillerato, 3 años, orientado a la educación universitaria, y (b) educación vocacional o profesional, 3 años, prepara para el mundo del trabajo, pero - si se desea - también permite acceder a la educación superior, ya sea académica o profesional/técnica. El acceso a la educación superior se hace mediante el examen de Bachillerato.
La educación superior se ofrece en las universidades, orientadas hacia la investigación y la ciencia, así como en las escuelas superiores profesionales, de naturaleza más práctica.

Año escolar y vacaciones

El año escolar dura 190 días, la duración más corta entre los países de la OCDE.

Hay 632 horas lectivas en primaria y 844 en secundaria.

El año escolar empieza en septiembre y termina en junio. Hay vacaciones en octubre (una semana), en Navidad (dos semanas) y vacaciones largas de fin de año (10-11 semanas).

Semana escolar

El tiempo promedio de clases por semana es uno de los más pequeños entre los países participantes en PISA: 24.2 horas (PISA 2015). 

Los estudiantes de 15 años (que son quienes toman las prueba PISA) dedican poco tiempo a estudiar fuera del horario escolar: 11.9 horas semanales en promedio. (OECD, Finland PISA Performance 2015).

Los estudiantes finlandeses dedican en promedio 36 horas a la semana al aprendizaje escolar, sumando las horas dentro y fuera de la escuela (tareas en casa). Este es el número más bajo de horas entre los países de la OCDE.

En los países de la OCDE, el promedio de estudio es 44 horas semanales. Esto representa aproximadamente 55% del tiempo semanal de los alumnos, si se eliminan fines de semana y 8 horas diarias de sueño.

Los alumnos en los Emiratos Arabes Unidos estudian 5 horas semanales más en la escuela que los estudiantes finlandeses y tienen 17 horas semanales más de estudio fuera de la escuela
(PISA in Focus 73, 2017). 
 
Jornada escolar

Los alumnos van a la escuela local, en su barrio o comunidad. Van caminando o en bicicleta. Quienes viven lejos de la escuela - a más de 5km - pueden pedir reembolso por el costo del transporte.

La jornada escolar empieza entre 8:00 y 8:30 a.m. y termina a la 1, 2 ó 3 de la tarde. En promedio, la jornada diaria dura 6 horas. Muchos alumnos se quedan a la tarde en actividades extracurriculares.

La duración y organización de la jornada no es la misma para todos. Depende de la edad de los alumnos. Los más pequeños entran más tarde y se van de la escuela más temprano.

El horario de la primaria es de 8:00 a 14:00 horas. Hay días en que la jornada es más corta y los alumnos salen más temprano.

Las escuelas tienen autonomía para decidir cómo organizan la jornada escolar, según las necesidades.

Los alumnos almuerzan en la escuela. El almuerzo es provisto de manera gratuita.

Según encuestas, los padres de familia no quieren que sus hijos e hijas pasen más tiempo en la escuela. La educación en Finlandia es asumida como una responsabilidad compartida entre las familias y el sistema escolar.

Clases y recreos

Las clases duran 45 minutos. Hay 4-5 clases diarias.

Después de cada clase, por ley, hay un recreo de 15 minutos. El período de almuerzo dura generalmente media hora y se hace en el comedor de la escuela.

Cada escuela puede decidir cómo dividir los recesos. Hay escuelas que deciden organizar recreos más largos, de 30 minutos, reorganizando también el tiempo de las clases. De ese modo los alumnos pueden, por ejemplo, usar el recreo para organizar partidos de fútbol. Hay siempre uno o dos profesores de guardia para supervisar los recreos.

Durante el recreo los alumnos deben salir de las aulas. Se les estimula a salir y a usar las instalaciones de juego a la intemperie, incluso en el invierno. Esto implica complicadas logísticas de vestirse y desvestirse al salir y al entrar (hay que recordar que los alumnos dejan los zapatos a la entrada de la escuela).

Dentro del plantel se ofrecen actividades para los recesos, como mesa de pingpong, futbolín y otros juegos. Está también la biblioteca y espacios para que los alumnos puedan reunirse.

Cada semana se elige a dos alumnos encargados de arreglar el aula durante el receso: organizar mesas y sillas, limpiar la pizarra, etc.

Los profesores usan los recesos para reunirse en la sala de profesores, las cuales son cómodas y bien equipadas. Todo plantel tiene una sala de profesores.

Los finlandeses están convencidos de que los recesos frecuentes y la actividad física son importantes para despejar la mente. Los alumnos regresan al aula con nuevas energías, se concentran más, aprenden mejor y la disciplina también mejora. Investigaciones y recomendaciones científicas les dan la razón.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños de 5 a 17 años deben tener al menos 1 hora diaria de actividad física. A raíz de esto, el Ministerio de Educación y el Ministerio de Asuntos Sociales establecieron 1-2 horas diarias de actividad física para los niños de 7 a 18 años y 3 horas diarias para los menores de 7 años. El programa "Finnish School on the Move" (Escuelas finlandesas en movimiento) busca promover la actividad física y reducir el sedentarismo en las escuelas. Entre otros, se está modificando el mobiliario escolar (incluso eliminando mesas y sillas de las aulas) a fin de que los alumnos se muevan más mientras están en clase.

Tareas en casa

Finlandia es el país que envía menos tareas a la casa entre los países de la OCDE: 10-12 minutos diarios, 3 horas a la semana. En los primeros grados no hay tareas.

Investigaciones sobre las tareas concluyen, en general, que éstas no contribuyen a mejorar el aprendizaje y el rendimiento escolar y ayudan más bien, a menudo, a agotar a los alumnos, a crear tensiones en el ámbito familiar y a reforzar las inequidades.


Ayuda de las familias en la casa

Padres y madres finlandeses son, después de los japoneses, los que menos tiempo dedican a ayudar a sus hijos e hijas con la educación escolar (3.1 horas a la semana, en promedio). En Singapur son 7.9 horas semanales, en EE.UU. 6.2, en Corea del Sur 5.4, en Alemania 5.0, en España 4.8, en Francia 3.9, en el Reino Unido 3.6. (Encuesta Global a Padres y Madres de Familia, Varkey Foundation, enero 2018).  
 
Para saber más
» Finland, Ministry of Education and Culture

» Dirección Nacional Finlandesa de la Educación, Sistema educativo de Finlandia
» Finnish Schools on the Move 
»
OECD, Finland PISA Performance (2015)
» BBC, Why do Finnish pupils succeed with less homework?
» Infographic: There's no homework in Finland

» "En Finlandia la tarea de los niños en casa es divertirse y jugar", Heraldo, 2016
» Los países que ya decidieron prohibir las tareas escolares para la casa", EMOL, 2016

» OCDE,¿Perpetúan los deberes las desigualdades en educación?, PISA In Focus, No. 46, 2014
»
OECD, “Is spending more hours in class better for learning?”, PISA In Focus No. 54, 2015
» OECD, "Do students spend enough time learning?", PISA in Focus No. 73, 2017 

»
OECD,
Studying more may not make you a top performer, Hélène Gillou, June 2017
» Finnish schools are moving on up, The Star Online, June 2017
Hélène Guillou
Studying more may not make you a top-performer

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¿Qué es una «escuela abierta a la comunidad»?



Orquesta Escuela Juvenil de San Telmo, Buenos Aires-Argentina


Una «escuela abierta a la comunidad»
es tanto una comunidad que entra a la escuela
como una escuela que sale a la comunidad.


La comunidad que entra a la escuela

Con «escuela abierta a la comunidad» suele entenderse generalmente una escuela que abre sus puertas a la comunidad. La escuela que retira o reduce muros, alentando a la comunidad local a usar sus instalaciones y equipamientos y, en versiones más avanzadas, a participar en decisiones y actividades de la escuela, incluyendo en algunos casos actividades de enseñanza y evaluación.

La escuela amurallada, con rejas y candados reales y mentales hacia el mundo exterior da paso a una escuela más cercana al medio social y natural.

«
Abrir la escuela a la comunidad» es hoy consigna no solo desde lo administrativo, lo curricular y lo pedagógico sino también desde lo arquitectónico. La moderna arquitectura escolar busca una relación más fluida - visual y física - entre el adentro y el afuera de la escuela, y asume el encuentro escuela-comunidad como elemento central en el diseño de los espacios.

«Hacer la escuela más inclusiva» es una manera de pensarlo. O «ampliar la comunidad escolar integrando a la comunidad educativa
».

Algunos ejemplos de esta apertura de la escuela a la comunidad.

- Un ejemplo clásico es la Pedagogía Salesiana con su modelo educativo integrador en el que las familias y la comunidad local se apropian de patios y otras instalaciones para organizar competencias deportivas, fiestas y todo tipo de celebraciones.

- Un ejemplo interesante fue el Community-School Programme (Programa Comunidad-Escuela) en Granada, en el Caribe: la comunidad local haciéndose cargo de la escuela los días viernes, permitiendo así que los profesores asistan ese día al programa nacional de formación docente.

- Una experiencia masiva se dio en Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez, con la instauración de las Misiones Bolivarianas; los colegios abrieron sus puertas a la comunidad para acoger a miles de jóvenes y adultos interesados en aprender por las tardes y noches.

- La escuela de «tiempo integral» o de «tiempo completo», que amplía la jornada escolar - incluye el almuerzo y acoge a los alumnos en las instalaciones escolares durante ese tiempo, participando en actividades curriculares y/o extra-curriculares - se extiende en varios países y cobró renovado auge a raíz de la pandemia del COVID-19 y el confinamiento.

La escuela que se integra a la comunidad

Otra comprensión de «escuela abierta a la comunidad» se menciona menos: la escuela que sale a la comunidad, que amplía su mirada y su accionar para participar de la vida comunitaria. Muchos llaman a esto «escuela expandida». Yo prefiero pensar en términos de la transformación de la comunidad local en una «comunidad de aprendizaje» en la que participa la escuela.

Históricamente, la cultura escolar ha desarrollado barreras a la propia noción de
«aprender fuera de la escuela». Toda clase de argumentos y normas intervienen para bloquear el contacto con el mundo «extraescolar». Directivos y profesores que abren puertas y tienden puentes enfrentan innumerables dificultades y trámites.

No obstante, los ejemplos son aquí también cada vez más numerosos. Escuelas que integran al barrio como objeto de investigación y exploración, para recorrerlo y conocerlo mejor, para participar en celebraciones y actos culturales. Elaboración de dibujos y mapas, picnics de lectura, safaris fotográficos, exposiciones y ferias, visitas a bibliotecas y a lugares históricos, entrevistas, siembra de árboles, confección de afiches y pancartas, participación en campañas, etc.

- Un ejemplo de este
«salir de la escuela a la comunidad» lo tenemos en la misma experiencia de Granada comentada antes: los días viernes, los miembros de la comunidad a cargo de la escuela empezaron a desarrollar junto con los alumnos visitas organizadas a plazas, parques, fábricas, mercados.

- Sementinha, en Brasil, es
una experiencia galardonada: un jardín de infantes itinerante para el cual el barrio entero es el aula.

- La Biblioteca Popular de Bella Vista en Córdoba, Argentina, ofrece a los moradores del barrio - niños, jóvenes, adultos - de Bella Vista no solo acceso a la biblioteca sino numerosos servicios, dentro y fuera de la biblioteca, para todas las edades e intereses, entre otros: huerto, teatro comunitario, cine, gimnasia para mujeres de la tercera edad, servicio legal, talleres de video, informática, ajedrez.

Foto: El periódic
- En Valencia, España, el Centro de Innovaciones Las Naves, del Ayuntamiento, y el colegio Santiago Apóstol del barrio del Cabanyal montaron el proyecto «Del pati al barri» (Del patio al barrio). El patio del colegio, debidamente adecuado, pasó a ser un espacio de encuentro y convivencia barrial.

Están, por supuesto, las universidades abiertas a la comunidad, comprometidas con la investigación de las problemáticas locales y con la formación de cuadros capaces de asumir el desarrollo y la transformación de sus propias comunidades; y están las que alimentan el contacto con el sistema educativo local y se ocupan de formar docentes, de orientar a estudiantes, de investigar y dar seguimiento a las problemáticas educativas de la localidad. 

La «escuela abierta a la comunidad» - tanto si se trata de un jardín de infantes como de una universidad - cumple a medias su papel si el acercamiento se da en una sola vía. La verdadera apertura se juega en el movimiento de doble vía: la comunidad que entra a la escuela y la escuela que sale a la comunidad.



Ecuador: una «revolución educativa» sobrevalorada

Rosa María Torres

Foto: El Ciudadano
Diez mujeres ecuatorianas fuimos invitadas por el portal ecuatoriano GKEcuador a hacer un balance de los 10 años de gobierno de Rafael Correa (2007-2017), escribiendo sobre 10 temas clave de dicha gestión: Salud, Educación, Cultura, Justicia, Política económica, Movilidad humana, Derechos humanos, Derechos de las mujeres, Derechos colectivos y Derechos LGBTI. Mi contribución se refirió a la Educación. Agrego aquí unos pocos gráficos así como algunos elementos de la transición al gobierno de Lenin Moreno.

En el Informe a la Nación 2007-2017 Rafael Correa resumió lo que, a su juicio, fueron los logros más importantes de su gobierno y los principales desafíos pendientes. Lo hecho en educación aparece bajo Conocimiento y Talento Humano (pp. 147-160), capítulo que incluye tres subtemas: a) Educación, b) Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, y c) Cultura y Patrimonio. Se trata la educación inicial, la educación básica y el bachillerato, por un lado, y la educación superior, por otro. En ambos casos se compara el Ecuador de 2006, el que heredó, y el Ecuador del 2017, el que dejó diez años después.

Como Logros destacados de la educación inicial, básica y bachillerato se registra:
• Se alcanzó la universalización de la Educación Básica con un 96,23%.
• En 2016 se encontraban instaladas y equipadas 70 Unidades Educativas del Milenio.
• Sistema de Evaluación Educativa, bajo estándares internacionales, como las evaluaciones PISA.

Como Logros destacados de la educación superior se registra:
• Ecuador invierte el 2% de su PIB en la mejora de la educación superior.
• Entre 2007 y 2016 se entregó 82 veces más becas que las registradas entre 1995 y 2006.
• Se fortaleció la educación técnica y tecnológica pública, con el uso compartido de 14 infraestructuras SECAP para beneficio de más de 11.000 estudiantes.

La organización y el contenido del informe muestran algunos aspectos reconocibles de la 'revolución educativa': la comparación entre el antes y el después de Rafael Correa, educación entendida como sistema educativo (y no también la educación fuera de las aulas, en la familia, en la comunidad, en el trabajo, etc.), la supremacía de la educación superior, la separación entre educación y cultura, los logros centrados en montos de inversión, infraestructura, acceso y matrícula, evaluación, y becas.

Nadie verificó en el Ecuador los datos y la información incluidos en el Informe a la Nación 2007-2017. Ecuador Chequea nació después de publicado el informe. Muchas publicaciones que hacen referencia a este informe se limitan a citar los datos e informaciones, sin someterlos a verificación y análisis. Es el caso por ejemplo de esta publicación del CELAG - "La revolución ciudadana en 200 cifras" - "200 indicadores que muestran cómo recibió Rafael Correa el país en el año 2006 y cómo lo dejó después de diez años de Gobierno".

Logros y peros de la 'revolución educativa'

La educación fue uno de los aspectos más valorados del gobierno de Correa. Una encuesta de Perfiles de Opinión en Quito, Guayaquil y Cuenca (mayo 2017) preguntó "en cuál área considera que el gobierno ha hecho mejor trabajo durante estos 10 años"; la educación se ubicó en cuarto lugar, después de salud (27.27%), inclusión social (23.44%) y obras públicas/vialidad (20.96%), y la educación superior fue mejor valorada (9.30%) que la educación básica (5.40%).


Dentro y fuera del país muchos alabaron la expansión del acceso y la gratuidad en los distintos niveles, la infraestructura escolar construida o mejorada, el mejoramiento de las condiciones de los docentes, la reforma universitaria y las becas «en las mejores universidades del mundo».

La construcción de carreteras, hospitales y escuelas fue entendida como clave en el proyecto correísta de modernización del capitalismo en el Ecuador. La «revolución educativa» fue pieza clave en la propaganda en torno a la 'revolución ciudadana' y fue, ella misma, objeto de una estrategia trabajada de propaganda. Pasó pronto a alimentar la ranking-manía gubernamental.

Muchos sucumbieron a las estadísticas, los rankings, la reiterada mención del Ecuador como referente para América Latina e incluso para el mundo. Pocos, dentro y fuera del país, se hicieron preguntas básicas y se ocuparon de verificar la información provista por el gobierno. En estos años se escribieron muchos artículos - sobre todo por parte de extranjeros - sobre la revolución educativa ecuatoriana que nos transportan a una sociedad del conocimiento irreconocible para quienes manejamos el tema, conocemos el país y vivimos aquí.

“A no perder lo logrado: una educación pública de excelente calidad, de acceso masivo y absolutamente gratuita” decía Correa en el Enlace Ciudadano 515 (11 marzo 2017), a tres meses de terminar sus 10 años de gobierno. Lo real es que la educación pública que dejó en el Ecuador no es ni de excelente calidad ni de acceso masivo ni totalmente gratuita.

Los logros de la «revolución educativa» fueron abundantemente difundidos durante la década. Me centro aquí en los destacados por Correa en el Informe a la Nación y en los respectivos peros, es decir, en asuntos poco o no mencionados en el relato oficial. Incluyo al final una breve reflexión acerca de la educacion más allá del sistema educativo.

Mucha inversión en educación, pero ...

Poca atención a la calidad y la eficiencia del gasto. La inversión fue argumento central del gobierno y el cuánto se consideró suficiente como indicador de logro. Ni para el gobierno ni para la sociedad fue tema preguntarse acerca de las prioridades, la pertinencia, la calidad, la eficiencia y la oportunidad de la inversión.

Lo cierto es que los montos de inversión, por sí mismos, no aseguran mejor educación. Como reitera y recuerda la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a nivel internacional, importa más en qué que cuánto se gasta. Los países que más presupuesto destinan a la educación no son necesariamente los que tienen los mejores sistemas educativos y los mejores aprendizajes.

“Ecuador invierte el 2% de su PIB en la mejora de la educación superior” señala Correa en el Informe a la Nación y repitió a lo largo de los últimos años. El gobierno se jactó de ser el país con más porcentaje del PIB destinado a educación superior en América Latina y uno de los países con una oferta más amplia de becas.

"Entregamos cerca de 20.000 becas en las mejores universidades del mundo a nuestros jóvenes brillantes" (Correa, 16 febrero 2017). Se invirtió USD 560 millones en dichas becas. Muchos becarios ya retornaron al país. Muchos integraron al mundo académico; para muchos otros ha sido difícil conseguir trabajo en los campos que estudiaron. El acceso a estas becas dependió de la obtención de un alto puntaje en el Examen Nacional para la Educación Superior (ENES). El ENES medía aptitudes básicas (verbal, numérica, de abstracción), no conocimientos, según recalcaba la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCYT). Asociar alto puntaje en el ENES con inteligencia especial o brillantez es una asociación infundada pero se generalizó, sin discusión. Según dijo René Ramírez, Secretario de la SENESCYT, después de haber llegado a las 20.000 becas en el extranjero era el momento de impulsar becas para estudiar maestrías y doctorados en universidades nacionales. No se ve la lógica de ese argumento y de esa decisión, y algunos trataron de discutir el punto, pero no tuvo demasiado eco en la sociedad. La gente está encantada con que haya becas en el extranjero, y eso es lo que importa.

En lo que se refiere a la educación inicial, básica y bachillerato, y pese a la extraordinaria holgura financiera del período, no se cumplió con el 6% del PIB establecido en el Plan Decenal de Educación 2006-2015 y en la nueva Constitución (2008). En 2015 se había alcanzado apenas 3,93% del PIB; el promedio entre 2009 y 2015 fue 3,76%. Por eso, siempre se evitó dar a conocer el dato de inversión en educación pre-universitaria.


El Ministro de Educación Augusto Espinosa le mintió al país cuando afirmó en febrero de 2016, a través de su cuenta de Twitter, que se cumplieron las ocho políticas del Plan Decenal de Educación 2006-2015. La evaluación del PDE hecha por el propio Ministerio de Educación reveló que no se cumplieron varias de las políticas y metas establecidas en el Plan Decenal (Reporte de Indicadores Nº 1 del Ministerio de marzo 2015).

Cabe analizar algunas de las priorizaciones que se hicieron en cuanto a niveles educativos y a componentes de la reforma educativa.

La prioridad y el énfasis puesto sobre la educación superior - y, dentro de ésta, sobre el acceso - arrojó sombra sobre las necesidades y los problemas de los demás niveles del sistema educativo.

En cuanto a las prioridades de política y de inversión para el mejoramiento de la calidad educativa, el gobierno puso las prioridades al revés: 1) infraestructura, 2) tecnologías y 3) docentes.

Expansión del acceso, pero ...

El acceso a la educación creció, pero por debajo de las metas programadas en el Plan Decenal de Educación (PDE) 2006-2015 y en otros planes del gobierno.

Cabe aclarar que en 2015 74% de las instituciones educativas del Ecuador eran públicas (fiscales), 20% privadas, 5% fiscomisionales y 1% municipales. 67% de los docentes trabajaban en instituciones privadas (Reporte de Indicadores Nº 1, marzo 2015).

“Se alcanzó la universalización de la Educación Básica con un 96,23%” dice el Informe a la Nación. El dato corresponde a matrícula. Según la evaluación del PDE, la matrícula en la educación inicial llegó al 44.24% (la meta era su universalización) y en el bachillerato al 68% (la meta era “al menos el 75% de la población en la edad correspondiente”).

La brecha urbano-rural persiste y es grande: "La tasa de escolaridad en las zonas rurales tiene una diferencia cercana a los 5 años de escolaridad con respecto a las zonas urbanas. Esto significa que en promedio una persona mayor o igual a 24 años de edad que reside en las zonas urbanas del Ecuador a lo mucho llega a culminar el primer año de bachillerato y en las zonas rurales llegan a aprobar el séptimo año de Educación General Básica" (Reporte de Indicadores Nº 1).

Las cuatro universidades «emblemáticas» creadas a fines de 2013 —Yachay, Ikiam, UArtes, UNAE— sumaban entre todas algo más de 2.500 estudiantes, según el Informe a la Nación. Miles de estudiantes que aspiran a acceder a la universidad quedan afuera cada año, incluso después de cumplir con los puntajes requeridos para el ingreso. Según la SENESCYT, la matrícula universitaria incrementó del 28% en 2006 al 39% en 2014 (260.000 nuevos estudiantes). Esto coincide con la tendencia general en América Latina: según un informe del Banco Mundial (2017), en los últimos 15 años se duplicó, en promedio, la tasa bruta de matrícula en educación superior: pasó del 21% en 2000 a 43% en 2013.

Hay altas tasas de abandono en todos los niveles. Tanto, que el gobierno ocultó esa información de manera sistemática. La deserción es especialmente alta en el bachillerato. Según un estudio del CAF (2016) solo 55% de los estudiantes concluye la educación secundaria. Las principales causas mencionadas por la población de 15 a 17 años son falta de recursos económicos (25,4 %) y falta de interés (20,4 %). En la población de 5 a 17 años, la falta de recursos económicos ocupa el primer lugar (24,49%) y la falta de interés el segundo lugar (18,31%) como explicaciones de la inasistencia o el abandono.

Hoy es imposible saber cuál es la situación del abandono en la educación superior, pues los datos dados a conocer son escasos y dispares. El informe citado del Banco Mundial señala que la mitad de los jóvenes de 25-29 años que inicia una carrera universitaria la termina en esta región; el Ecuador se ubica en ese promedio.

El perfil del Ecuador en el Informe de Desarrollo Humano 2016 del PNUD incluyó algunos datos útiles. Abandono en la educación primaria: 11.1%. Escolaridad promedio: 8.3 años. Población de 25 años y más con alguna educación secundaria: 48.8%. Tasa de analfabetismo (15 años y más): 5.5%.

Mucha infraestructura, pero...

La obra física fue el plato fuerte de la «revolución educativa». Es conocido el impacto que tiene la obra física sobre la ciudadanía y sobre los electores. También son conocidos los espejismos que crea la infraestructura escolar en un campo en el que suele confundirse educación con escuela (igual que se confunde salud con hospitales). De hecho, la infraestructura pasó a entenderse no como un componente de la calidad educativa sino como sinónimo de calidad educativa. Uno de los grandes desaprendizajes que hay que hacer en el país en la etapa post-Correa.

“A 2016 se encontraban instaladas y equipadas 70 Unidades Educativas del Milenio” destaca el Informe a la Nación. Lo que no se dice es el número de estudiantes atendidos en esas 70 UEM: 86.592, es decir, apenas 2.4% de los estudiantes matriculados en el sistema público. El gobierno dio siempre el dato del número de UEM inauguradas; nunca el de estudiantes atendidos. La ciudadanía festejó cada nueva inauguración pero no se ocupó de hacer cuentas. La sensación de una política de universalización de nueva infraestructura resultó no ser tal sino una política altamente selectiva e insostenible económica y socialmente.

Las UEM fueron pensadas como el modelo de la nueva educación en el Ecuador. La idea fue optimizar la infraestructura escolar en el territorio, eliminar las escuelas pequeñas (comunitarias, uni- y bi-docentes, alternativas) y ofrecer  “educación completa” (inicial, básica y bachillerato) en un solo plantel, en dos turnos, a fin de aprovechar al máximo la infraestructura y el equipamiento. Se fusionaría a escuelas de barrios o comunidades cercanas y se juntaría a los estudiantes de todas ellas, ofreciéndoles transporte hasta una distancia de 3 kilómetros de la escuela. Capacidad para más de 1.000 y más de 2.000 estudiantes de todas las edades, dependiendo del tamaño del planel. Megaplanteles costosos, con un promedio de 5 millones de dólares, según el gobierno. Diseño arquitectónico único para todo el país. Infraestructura escolar nueva aunque no innovadora: las UEM replican los patrones arquitectónicos escolares convencionales.

En agosto de 2013 Correa decidió universalizar el modelo UEM a todo el país. El plan fue pasar de las más de 21.000 instituciones educativas existentes en 2007 a poco más de 5.500 en 2017. "Cuando llegamos al Gobierno teníamos 21.058 instituciones educativas, con 2'397.922 estudiantes en el sistema fiscal, lo que nos daba un promedio bajísimo de 114 chicos por escuela. Hoy tenemos 12.629 instituciones, pero calculamos que sólo se necesitan 5.564". (Rafael Correa, discurso de inauguración de la UEM Olmedo de Portoviejo, 7 feb 2017).

Finalmente, el gobierno de Correa concluyó en mayo de 2017 con 100 UEM funcionando, las cuales cubren menos del 5% de los estudiantes del sistema público. Llegar a las 5.564 UEM anunciadas - asumiendo que el presupuesto no fuese una limitación - habría tomado varias décadas.

Miles de escuelas comunitarias se cerraron, lo que creó malestar y protesta en las comunidades (el discurso oficial afirma que no se cierran, sino que se fusionan; en la práctica, la escuela se cierra). A partir de 2016, la empresa china Riley, contratada por el gobierno e instalada en la provincia de Manabí, empezó a construir escuelas prefabricadas, llamadas Unidades Educativas Siglo XXI, a fin de abaratar costos y acelerar los tiempos de construcción.

De «elefantes blancos» bautizó a las UEM el candidato oficialista Lenin Moreno en plena campaña electoral, a fines de 2016. Durante la campaña ofreció reabrir algunas de las escuelas comunitarias cerradas por Correa. No bien asumió el gobierno anunció: "Crearemos escuelas de excelencia cerca de las comunidades para que los niños no tengan que caminar tanto". Su ministro de educación, Fander Falconí, quien fuera colaborador en el gobierno de Correa, afirmó que no se construirán nuevas UEM. "Lo que tenemos que hacer es concluir algunas obras que están en marcha". Se anunció, asimismo, que se considerará reabrir algunas escuelas unidocentes (multigrado), introduciendo mejoras al sistema.

Lo cierto es que el modelo UEM no vino a resolver los muchos problemas de la educación rural y ha sido más bien una estafa social para el pueblo ecuatoriano.

Mucha gratuidad, pero ...

La oferta educativa sigue teniendo serios problemas de calidad.

El modelo pedagógico convencional no ha cambiado y sigue conservando sus rasgos esenciales: vertical, autoritario, memorístico, enciclopédico, bancario ... La pedagogía, el corazón de la educación, no se cambia fácilmente ni automáticamente a partir de la infraestructura o de la tecnología. Implica cambios profundos en la cultura escolar y en la cultura docente de manera específica, exige estrategias deliberadas y sistemáticas, y toma tiempo.

Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo destacó problemas de calidad en la educación inicial. Recalcó el excesivo énfasis dado a la infraestructura y concluyó que se necesita más atención a la formación del personal y a la calidad del servicio.

Los resultados del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (TERCE, 2013) aplicado por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de la UNESCO en 3º y 6º año (4º y 7º de educación básica en el Ecuador) mostraron importantes avances respecto del Segundo Estudio (SERCE, 2006). El país avanzó de aprendizajes por debajo de la media regional a aprendizajes en la media y por debajo de la media regional. Lectura y Escritura en 6º grado (7º de básica) siguen siendo, no obstante, áreas críticas a las que el Ecuador debe prestar atención. En el caso de la lectura en séptimo de educación básica, “el promedio del país es significativamente menor al promedio regional”, fue el señalamiento expreso de la UNESCO.

Los resultados de las pruebas Ser Maestro aplicadas en el país desde 2015 han mostrado muchas debilidades en la preparación de los docentes. Según las pruebas de Saberes Disciplinarios (Sierra y Amazonía) aplicadas por el INEVAL: 5.5% no aprobó y 65.3% debe continuar capacitándose en sus respectivas disciplinas y áreas. “La mayor parte de nuestros docentes tiene un nivel de conocimiento medio para brindar clases” fue la conclusión, en junio 2016. Nada sabemos aún de sus conocimientos pedagógicos y de su nivel general de profesionalismo.

Hay un alto grado de violencia en las instituciones educativas: 26% de los niños, niñas y adolescentes de 5 a 17 años dicen recibir trato violento de sus profesores cuando no hacen los deberes o cometen alguna falta. Asimismo, según UNICEF, 1 de cada 5 estudiantes afirma haber sido víctima de acoso escolar. Un estudio de CEPAL-UNICEF sobre violencia y educación (2017) ubicó al Ecuador en el grupo de países con logros educativos medios y violencia alta, junto con Brasil, Colombia y México.

En cuanto a la disponibilidad de bibliotecas, apenas 1 de cada 4 niños tenía acceso a una biblioteca escolar en 2015. 43% de las escuelas privadas cuentan con una biblioteca y solo 37% de las públicas, con grandes diferencias entre regiones. El Ecuador es y sigue siendo un país con grandes déficits de lectura.

El gobierno habla de tecnología de punta en los planteles públicos, pero muchas veces ésta no está o no funciona. Según la encuesta de Niñez y Adolescencia 2016, las escuelas privadas siguen estando mucho mejor equipadas que las públicas.

El gobierno asegura que el paso de familias de la educación privada a la pública se debe a la mayor calidad de esta última. En verdad, el primer y más importante incentivo es la gratuidad.

Más atención a los docentes, pero ...

La primera evaluación de desempeño docente en el 2009 se impuso a sangre y fuego, en batalla campal con la Unión Nacional de Educadores (UNE). En medio del conflicto, en diciembre de 2008 Correa amenazó: “Si la UNE sigue así de politizada y mediocre, creo otra organización de maestros”. Así surgió la Red de Maestros por la Revolución Educativa, afín al gobierno y apadrinada por éste. El gobierno fue más allá y en 2016 disolvió la UNE. Esto fue cuestionado por la OIT, la ONU y la Internacional de la Educación, pero el gobierno siguió adelante con sus decisiones. No es de gobiernos democráticos disolver organizaciones sociales y crear otras 'propias', a su medida. Y no lo es sobre todo en el marco de un proceso que muchos consideran progresista y que se autocalifica de 'revolución ciudadana'.

El modelo ecuatoriano de evaluación docente resultó atractivo como modelo capaz de poner en jaque a un sindicato docente. El actual presidente argentino Mauricio Macri decidió adoptarlo en 2012 durante su gestión al frente del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. En diciembre de ese año el gobierno de Correa y el de Macri firmaron un convenio de asesoría para el efecto.

No existe una evaluación de lo hecho en estos 10 años de capacitación docente, sus resultados e impacto sobre los docentes y su práctica pedagógica. La evaluación de la política 8 del Plan Decenal de Educación —“Mejoramiento de la formación, revalorización del rol y el ejercicio docente”— aparece expresada en horas de capacitación: “Al 2015 se impartieron 33.455.232 horas de capacitación a docentes. Lo que les permitirá incrementar sus conocimientos, destrezas y desempeño al momento de impartir clases” y en número de maestrías: “Un total de 4.202 maestros se beneficiaron con maestrías internacionales entre los años 2014 y 2015”. Pero ni las horas de capacitación ni la posesión de un título de maestría aseguran, por sí mismos, un salto cualitativo en las capacidades docentes para asumir, con autonomía, un currículo y una pedagogía renovados.

La abundancia de tareas administrativas y burocráticas a la que están sometidos los docentes hoy,  en un régimen educativo y escolar tremendamente rígido, normativo y burocrático, está llevando a una desprofesionalización de facto del rol y de la tarea docente, a la que por otro lado se busca apuntalar desde ofertas de formación y capacitación. Una de las primeras medidas anunciadas por el nuevo gobierno ha sido desburocratizar y descongestionar la tarea docente a fin de liberar tiempo para las tareas pedagógicas.

El pago de las jubilaciones y del incentivo jubilar es hoy una lucha de miles de docentes jubilados. El Estado —Ministerios de Educación, Trabajo, Finanzas— ha sido lento e indolente frente al justo reclamo de los educadores. La decisión de ocuparse de este asunto, resolviendo el problema de cerca de 20.000 maestros jubilados impagos, fue uno de los primeros compromisos anunciados por el gobierno de Lenin Moreno.

Mucha evaluación, pero...

El gran peso dado a la evaluación en el campo educativo es uno de los rasgos característicos del  movimiento de reforma educativa global (GERM), así como el peso dado a la estandarización y a la retórica de la excelencia.

El "Modelo de Evaluación Institucional Universidades y Escuelas Politénicas" aplicado por el CEACCES (Consejo de Evaluación, Acreditación y Seguimiento de la Calidad de la Educación Superior), al cual han sido sometidas las universidades ecuatorians en estos años, es altamente burocrático y tecnocrático. Se requieren cambios de fondo a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) y a esta manera de entender calidad y evaluación en relación a la educación superior. El nuevo gobierno y las nuevas autoridades de la educación han hecho ya declaraciones y ofrecen acciones en este sentido.

El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEVAL), creado en noviembre de 2012, ha venido desarrollando las evaluaciones nacionales Ser Estudiante, Ser Bachiller y Quiero Ser Maestro y es el encargado de aplicar el proyecto internacional PISA para el Desarrollo de la OCDE, en marcha. Ninguna de estas evaluaciones se hace en lenguas indígenas.

"Sistema de Evaluación Educativa, bajo estándares internacionales, como las evaluaciones PISA", se consigna como logro en el Informe a la Nación. En realidad, el Ecuador aún no tiene resultados en PISA (Programme for International Student Assessment- Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En 2014 ingresó a PISA for Development (PISA para el Desarrollo), una nueva iniciativa de la OCDE pensada para países de ingresos bajos y medios. A la fecha participan en PISA-D: Cambodia (Asia); Ecuador, Honduras, Guatemala, Panamá y Paraguay (América Latina); Senegal y Zambia (Africa). En 2006 se aplicó el piloto; los resultados estarán disponibles en 2018.

Las pruebas PISA miden competencias en tres áreas: lectura, matemáticas y ciencias. Viene aplicándose a nivel mundial desde el año 2000, cada tres años, a estudiantes de 15 años de edad. Más de 70 países han participado hasta la fecha en PISA, 10 de ellos de América Latina y el Caribe: Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay. Los resultados vienen ubicando reiteradamente a los países latinoamericanos en los últimos lugares, con Chile a la cabeza.

A fines de 2017 el Ecuador se incorporará de lleno a PISA mundial, en un momento en que PISA enfrenta cada vez más críticas a nivel internacional y latinoamericano. Los resultados se dieron a conocer, también a nivel mundial, a fines de 2019. ¿Cabía esperar que el Ecuador consiga una mejor ubicación que los países latinoamericanos que ya vienen participando en estas pruebas? Hay que recordar que PISA evalúa competencias, capacidades para resolver problemas, no aprendizajes memorísticos como los arraigados en la cultura escolar en este país y en esta región.

Preocupa, por otra parte, el espíritu altamente competitivo que viene desarrollándose en el Ecuador (entre estudiantes, entre docentes, entre planteles, en relación a otros países) y la posibilidad de que PISA exacerbe este espíritu competitivo, así como la ranking-manía, que nada tienen que ver con el espíritu del Sumak Kawsay (Buen Vivir).

Mucha información, pero...

Mucha de la información circulada oficialmente en torno a la educación fue triunfalista, incompleta, sesgada o falsa. El gobierno ocultó o camufló todo aquello que no lo dejara bien parado y no tuvo empacho en manipular datos, dichos y hechos cuando lo consideró necesario.

La educación fue un tema virtualmente abandonado en términos de verificación de la información tanto por parte del periodismo como de la comunidad académica y la ciudadanía en general. Afirmaciones como que el Ecuador será uno de los mejores sistemas educativos del mundo en 2018 o que “Ecuador tiene la tasa de producción científica más alta de la región” cuando en verdad se ubica en el lugar 12 en América Latina en el SJR Scimago Journal and Country Rank, fueron aceptadas pasiva y acríticamente por la sociedad.

Muchos voceros atribuyeron a la UNESCO afirmaciones sobre el avance educativo del Ecuador, sin citas ni fuentes: el país que más creció, el que más rápido mejoró, el que más avanzó... En el Documental “La Revolución Ciudadana 10 años después” circulado en cadena nacional el 22 mayo de 2017, dos días antes de dejar el gobierno, vemos a Correa afirmando que “La UNESCO estableció que el sistema educativo que más avanza en la región es el ecuatoriano”. No existe ninguna cita de la UNESCO que diga esto.

Desde el Ministerio de Educación y desde la Presidencia de la República, todos afirmaron que el Ecuador se situó en la media regional en los resultados del TERCE. Se ocultó al país el mal desempeño del Ecuador en Lectura y Escritura en 7º de básica, por debajo de la media regional. Aceptarlo habría llevado a adoptar estrategias y medidas urgentes antes que a olvidar el tema de la lectura, como ocurrió durante la década. Mostrar buenos resultados y ocultar los fracasos fue más importante que enfrentar estos últimos.

La aceptación pasiva y acrítica de la información fue posible gracias al desconocimiento del tema educativo, al desinterés de la comunidad universitaria en la llamada «educación pre-universitaria», a la falta de profesionalismo tanto de los medios del gobierno como de los medios privados. La ciudadanía se desentendió del tema educativo y se limitó a consumir los datos y versiones oficiales. Los especialistas ecuatorianos que expresamos críticas, discrepancias, visiones alternativas, fuimos apartados antes que convocados y escuchados. La década rehuyó toda posibilidad de debate sobre la cuestión educativa. Las decisiones se tomaron y vinieron de arriba.

«Revolución educativa», pero...

Una extraña revolución sin cambio de paradigma para la educación y sin una propuesta orientada hacia un modelo propio, basado en el concepto, las visiones y los valores del Sumak Kawsay, adoptado en la Constitución como paradigma alternativo al desarrollo.

La «revolución educativa» ecuatoriana no se conectó con el paradigma del Aprendizaje a lo Largo de la Vida propuesto por la UNESCO para la educación en el siglo XXI. Tampoco con el movimiento latinoamericano de Educación Popular y, en general, con pedagogías progresistas e innovadoras. La propia innovación educativa se ha visto limitada frente a los empeños estandarizadores, al pensamiento y al modelo único promovidos desde arriba. Muchas instituciones educativas innovadoras fueron intervenidas y hasta cerradas; entre ellas la escuela intercultural indígena Inka Samana, que venía trabajando desde 1986 al sur del país.

La recuperación de la «rectoría» del Estado sobre la educación significó avasallar a la sociedad civil - organizaciones y movimientos sociales así como ONGs - dejándola fuera de toda participación, tanto en el diseño y evaluación de las políticas educativas como en la participación a nivel local y de centro. Las decisiones de política fueron tomadas 'arriba' para ser adoptadas y aceptadas 'abajo'. Los decisores y gestores de la política no fueron, en general, especialistas en el campo educativo. La calidad de las políticas educativas diseñadas e implementadas está en entredicho, así como la ausencia de consulta y evaluación de las mismas, asumidas como políticas de Estado infalibles, merecedoras de una continuidad sin reparos.

«Educación intercultural bilingüe» sigue entendiéndose en el Ecuador como aquella destinada a los grupos indígenas (y no, como debe ser, también a la población no-indígena, al conjunto de la sociedad), en un país oficialmente plurinacional y multicultural. Persiste la falta de respeto a las lenguas y culturas indígenas en el sistema escolar, así como las brechas de aprendizaje entre sectores indígenas y no-indígenas.

Según el Banco Mundial, en el Ecuador 60% de los indígenas que viven en las ciudades tienen educación primaria y 44% en zonas rurales. La brecha escolar y la inequidad entre niños indígenas y no-indígenas es sistemática y persiste, según los resultados del TERCE. Los estudiantes indígenas obtienen puntajes más bajos en las pruebas que los no-indígenas en todas las áreas y grados evaluados.

El Ecuador tuvo en 2009 una fallida declaratoria de Patria Alfabetizada. La meta de «erradicar el analfabetismo» incluida en el PDE 2006-2015 no se cumplió. La tasa de analfabetismo bajó a 5.54%.

Esta fue una década perdida en la lucha contra la desnutrición infantil: 1 de cada 4 niños ecuatorianos menores de 5 años padece desnutrición crónica, con todas las nefastas secuelas que esto implica para el resto de la vida de estos niños. En esta década se logró reducir esta problemática apenas en un punto, de 25% a 24%.

La educación más allá del sistema educativo

La educación no se agota en el sistema educativo. Empieza en la familia y se realiza en todo espacio y a lo largo de la vida: en la comunidad, en el trabajo, en los medios, la participación social, el ocio, la política, etc. Padres de familia, profesores, periodistas y políticos (los cuatro 'P') tienen gran influencia en los aprendizajes de niños, jóvenes y adultos en toda sociedad.

Analizar la educación durante la década correísta implica analizar también el contexto creado para el pensamiento, la expresión, el aprendizaje, la creatividad, el intercambio de ideas, así como los valores y las actitudes ejemplarizantes o anti-ejemplarizantes desplegados por la dirigencia política y el aparato burocrático.

La decisión de nominar a la Vicepresidencia, por dos veces consecutivas, y con amplio respaldo personal de Correa y del movimiento Alianza País, a un candidato acusado de plagio, contradice los principios de la «revolución ciudadana» y de una «revolución educativa» que pregona la meritocracia y la excelencia.

Según la encuesta del Latinobarómetro 2016, el Ecuador es líder regional en autocensura: solo 34% de los ecuatorianos dice que existe libertad para opinar y criticar, el porcentaje más bajo en América Latina (en el extremo opuesto se ubica Uruguay con el 70%). No es éste un contexto favorable al desarrollo de una educación transformadora, emancipadora, crítica, ni en las aulas ni en la convivencia familiar y social.

Como Presidente de la nación, a Correa le faltó coherencia entre su retórica en favor de la educación pública y su afirmación de que la educación pública es de calidad, y su ejemplo de vida. Durante la década, sus hijos estudiaron en planteles privados y en universidades en el extranjero. “Como la burguesía no va a escuela pública, ni se entera de estas cosas”, decía en el Enlace Ciudadano 518 del 8 abril 2017. “Ojalá logremos tener un país donde el 100% de niños y jóvenes acudan a la educación pública” decía en abril de 2017 en la inauguración del año lectivo en la Costa. Doble discurso y desparpajo.

Rafael Correa ha sido un gran inspirador y al mismo tiempo un gran deseducador del pueblo ecuatoriano. Los 12 valores y la escuela de los sábados reflexiona acerca de los valores que pretende inculcar El Libro de Todos los Niños (Secretaría del Buen Vivir y Ministerio de Educación, 2016) y los valores que transmiten los enlaces ciudadanos, popularmente conocidos como «sabatinas», protagonizados por Correa y difundidos cada sábado a través de todos los medios. Esta colección de Perlas Presidenciales muestra su estilo autoritario y confrontador, sus actitudes machistas y racistas, sus expresiones de intolerancia y de violencia, sus insultos y descalificaciones contra todos aquellos que desafían sus ideas o su poder.

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